Sánchez y tres ministros desafían al BCE: el impuesto sigue adelante
Escrivá ataca la profesionalidad del supervisor y le acusa de hacer «corta y pega»
Muchas veces el Ejecutivo se convierte en un coro difícil de gobernar, con voces que tratan de destacar por encima del resto. Esto es lo que intentó ayer el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, al atacar la profesionalidad del Banco Central Europeo (BCE) en su informe contra el impuestazo español a la banca. Sus descalificativos no fueron recogidos por sus compañeros del Consejo de Ministros, lo que no quiere decir que el Gobierno acepte el dictamen, porque otros ministros y el propio presidente Pedro Sánchez señalaron que todo sigue adelante. En lo que coinciden es en desafiar al unísono al supervisor.
«Me parece sorprendente. No es la primera vez que emite un informe de estas características. Lo deben tener de copia y pega de otros momentos, en contextos distintos (...). Será un tipo de informe normalizado que tienen de otras veces que han contestado a esto y lo han puesto ahí, sin tener en cuenta que, vista la coyuntura actual, resulta un poco sorprendente esa afirmación», indicó el ministro Escrivá en declaraciones a RNE.
El Ejecutivo ya había ninguneado la opinión del supervisor la misma tarde de la emisión del dictamen, pero en otros términos; en el fondo coinciden sus miembros, pero no en las formas. El titular de Seguridad Social ha dado un salto en el lenguaje golpeando la profesionalidad de la institución presidida por Christine Lagarde.
El tono utilizado por Escrivá no ha tenido respaldo en los otros dos ministerios con competencias. Consultados por este periódico, ni el Ministerio de Asuntos Económicos ni el Ministerio de Hacienda han querido entrar a evaluar si respaldan al responsable de Seguridad Social. Evitan ponerse de su lado en las formas.
Por su parte, el presidente Pedro Sánchez sí que fue más agresivo. En tono sarcástico, arremetió ayer desde Viana do Castelo (Portugal) contra el vicepresidente del BCE, Luis De Guindos, del que recordó su pasado como ministro de Economía del Gobierno de Mariano Rajoy y cómo, afirmó, fue «el artífice del rescate al sector financiero, que decía que no iba a costar ni un céntimo de euro al conjunto de la sociedad española». Sin perder la sonrisa, Sánchez rememoró también que «previamente fue responsable de un gran banco, que es Lehman Brothers, y hoy es el vicepresidente del BCE; bueno, yo agradezco, sin duda alguna, las ganas de ayudar del señor De Guindos». El presidente del Gobierno confirmó que sigue adelante con el impuesto.
«No ha sido una sorpresa»
Nadia Calviño, vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, se pronunció con que «no ha sido una gran sorpresa recibir un dictamen que lo que hace es poner sobre la mesa las cuestiones que hay que plantearse cuando se vaya a poner este tipo de gravamen, en España o en cualquier otro país. Me consta que España no es el único país en el que se está planteando este tipo del gravámenes». Así se pronunció en la Embajada española en Londres.
Asimismo, declaró que «todas las cuestiones que suscita el BCE» ya las han analizado con anterioridad, y recordó
El presidente del Gobierno agradeció irónicamente las «ganas de ayudar» del vicepresidente del BCE, Luis de Guindos
que sus planes siguen intactos. «Por supuesto vamos a seguir adelante con este gravamen», aunque matizó que durante el trámite parlamentario «se podrán introducir todas aquellas mejoras que considere adecuadas el poder legislativo» .
También justificó que siguen adelante con el impuestazo con que «el margen de maniobra de los bancos en este momento es amplio puesto que están anunciado unos beneficios récord». Es ahí donde está el argumentario del Gobierno, que señala cada vez que puede que las entidades tienen beneficios extraordinarios por las subidas de tipos del BCE, algo que desmontó en su informe el propio supervisor alegando que los beneficios de un lado se compensan con perjuicios del lado de la demanda.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se mostró en un tono similar al de Calviño, de desafío al BCE. Aseguró que el supervisor, «en ningún caso, pone en cuestión ni pide la paralización» del impuesto a la banca. Montero, más allá de ello, señaló que el Gobierno pone en un primer plano el bienestar de las personas, mientras que el BCE «vela por la salud» de las entidades financieras y su rendimiento.