«Juegan con fuego, misiles y bombas de forma infantil»
El Papa alerta en Baréin contra la peligrosa tentación de las guerras santas
Hace pocos años habría sido impensable que un Papa fuera recibido con todos los honores políticos y religiosos en un país del golfo Pérsico. Pero es lo que el rey Hamad bin Isa Al Jalifa y el principal referente de los musulmanes sunitas, Ahmed el Tayeb, gran imán de Al Azhar, están haciendo en Baréin.
En los jardines del palacio de al-Sakhir, el Pontífice clausuró un encuentro sobre convivencia entre Occidente y Oriente convocado por el monarca. Allí denunció el «escenario dramáticamente infantil» del mundo actual, «pues en vez de cuidar del conjunto, se juega con fuego, misiles y bombas, con armas que provocan llanto y muerte, llenando la casa común de cenizas y odio».
Dijo que sucederá «si se siguen acentuando las oposiciones, imponiendo los propios modelos y visiones despóticas, imperialistas, nacionalistas y populistas, si no nos interesamos en la cultura de los demás, si no se deja de distinguir de modo maniqueo quién es bueno y quién es malo, si no nos esforzamos por entendernos y colaborar por el bien de todos».
Por la tarde, se reunió ante la mezquita del palacio real con el gran imán de Al Azhar y el Consejo musulmán de ancianos que éste preside, un prestigioso grupo de religiosos e intelectuales de todas las ramas del islam – también chiíes y suníes– contra «el extremismo, la violencia y la polarización».
El Papa alertó contra la peligrosa tentación de las guerras santas, pues «el Dios de la paz nunca conduce a la guerra, nunca incita al odio, nunca respalda la violencia. Y quienes creemos en él, estamos llamados a promover la paz a través de instrumentos de paz, como el encuentro, las conversaciones pacientes y el diálogo, que es oxígeno de la convivencia común», subrayó.
Francisco visitó la catedral de Nuestra Señora de Arabia, la más grande del Golfo, construida en el desierto, en terrenos regalados en 2013 por el rey, e inaugurada hace un año. Tiene capacidad para 2.300 personas y está decorada con espectaculares frescos diseñados por el español Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal.