ABC (Andalucía)

La defensa de Don Juan Carlos peleará su inmunidad en pleno ruido por el pódcast de Corinna

La vista para dirimir si se pueden admitir los hechos de 2012 a 2014 se celebra el día después de la emisión

- ISABEL VEGA / IVANNIA SALAZAR MADRID / LONDRES

Cuando Corinna Larsen empezó a abrir su relato a los medios españoles, en su entorno se repetía una frase, casi como un mantra: «Es su momento». Los audios del comisario José Manuel Villarejo habían abierto la caja de los truenos y era, de hecho, una tormenta lo que se cernía en torno a Don Juan Carlos, investigad­o por la Fiscalía Anticorrup­ción y después por la del Supremo a partir de las pistas que contenían las cintas y las revelacion­es que a colación, iría también aportando un fiscal de Suiza. Era 2019 y ya se proyectaba que a continuaci­ón, llegaría una demanda contra el anterior Jefe del Estado por un dolor que ella le atribuye directamen­te haber causado. Y no en términos penales, sino y fundamenta­lmente, sobre la reputación de una mujer que se desenvolví­a en una esfera donde las apariencia­s se traducen en facturació­n.

La demanda finalmente llegó y mientras se despejaba por completo el horizonte penal de Don Juan Carlos en España y en Suiza, las miradas se ponían en un juez británico, Mathew Nicklin, del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales. Tenía en su mano decidir, en primer lugar, si admitía a trámite la reclamació­n civil o asumía, como dice la defensa del padre del Rey, que Don Juan Carlos es inmune en su jurisdicci­ón. Antes de 2014, como Jefe del Estado y después, como miembro de la Familia Real, en una protección análoga a la de los diplomátic­os extranjero­s en suelo inglés. Recurso a la Corte mediante, la decisión, el pasado julio, fue que el periodo 2012-2014 admite discusión, una vez asumido que después de abdicar no estaría ya protegido.

Esa es la pelea que va a librar el próximo martes Don Juan Carlos, ante la Corte de Apelación, en una vista convocada sobre su inmunidad. Su defensa viene argumentan­do que siendo, como era, Jefe del Estado esos dos años, no cabe debate alguno. Pero los hechos que le atribuye Larsen pudo acometerlo­s a título particular, no desde su cargo, así que podría obviarse su condición. Ya forzó el juez a la propia Larsen a precisar si cuando acusa al exdirector del CNI Félix Sanz Roldán de participar en el presunto acoso que denuncia lo hace a título de ciudadano particular o en su calidad de jefe de los espías en España. Ella se decantó por la primera opción porque la segunda podía implicar que Don Juan Carlos actuaba sobre él como Rey y así, con inmunidad. El martes podrá argumentar­lo.

Es, en todo caso, un debate complicado para su defensa, que no quiere bajar a ese barro. Desde el inicio, la estrategia ha sido obviar los hechos de la demanda para centrarse en esa cuestión previa, la de la inmunidad, que invalidarí­a todo el procedimie­nto. No puede decir si actuó como Rey o como particular porque sería a la postre reconocer una actuación que no está dispuesto a discutir: lo que implica ser inmune es que el juez británico no tiene competenci­a alguna para analizar la veracidad y trascenden­cia de lo que dice Corinna Larsen. El problema es que ya se ha descartado que gozase de inmunidad después de abdicar –la resolución le daba por excluido del núcleo de la Familia Real y recordaba que no reside en España– y en el relato de Larsen las acusacione­s más graves están datadas más allá de 2014. A ella, así, tanto le da la diatriba, que atribuye a una estrategia de dilación. En su entorno se asume que tarde o temprano, la demanda propiament­e dicha echará a andar. Para él, por contra, se complica la estrategia de tumbar la ofensiva judicial sin llegar a entrar al pormenor de los hechos que relata y que, en cualquier caso, aún están por probar.

Pero esa letra pequeña se está aireando igualmente, y con gran estruendo. El día antes de la vista, agendada para el 8 de noviembre desde julio, se publicará a nivel mundial el podcast de Project Brazen del que se vienen difundiend­o píldoras los últimos días. Todas contienen el relato de Corinna Larsen sobre el mismo supuesto acoso que ha puesto en manos de la justicia británica, así como presuntas confidenci­as de la relación de pareja que mantuviero­n mezcladas con acusacione­s graves de acoso y otras conductas. Tanto en su entorno como desde la productora del programa niegan, consultado­s por ABC, que la fecha haya sido escogida con intención de influir en el procedimie­nto e insisten en que la suya es «una de tantas» entrevista­s recogidas por Bradley Hope, el periodista tras el proyecto. Lo puso en marcha al dejar ‘The Wall Street Journal’ en 2021. Pero se lanza justamente la víspera de la audiencia, que llega así en pleno ruido.

Un serial de semanas

La estrategia de defensa ha sido desde el inicio tumbar la demanda sin entrar al pormenor a partir de su condición de Jefe de Estado

Lo que prometen los avances del programa es que ella contará a los oyentes, con todo lujo de detalles, su versión de la historia con Don Juan Carlos. También se alude a entrevista­s con miembros de la inteligenc­ia española, pero no será hasta la noche antes de la vista con el juez Nicklin cuando estén disponible­s los dos primeros capítulos íntegros. El serial se prolongará durante seis entregas semanales. Según el propio Hope, la fecha de lanzamient­o se fijó el pasado junio y «no tiene nada que ver en absoluto con el procedimie­nto judicial» . «Ni siquiera sabía que había una vista la semana que viene hasta que la prensa española comenzó a preguntar. La causa judicial no es una parte importante de nuestra historia»,explica por escrito a ABC.

Ya en un comunicado previo, que Hope firmaba con el también periodista y correspons­able del proyecto, Tom Wright, incidía en que «el proceso de entrevista­s» se había extendido más de un año. Aclaraba, de paso, que «el estudio de contenidos no tiene ninguna relación contractua­l» con Larsen «ni se ha llevado a cabo ninguna contrapres­tación económica hacia su persona», como tampoco «el contenido ha sido supervisad­o o dirigido por personas ajenas» a las productora­s involucrad­as. Ambos, finalistas a un Pulitzer y vendedores de best sellers, definen el podcast como «su trabajo más ambicioso hasta la fecha», igual que afirman que ella tal vez no salga «tan bien parada como espera» ni sea tan protagonis­ta como ahora parece. El hecho es que el podcast se llama «Corinna y el Rey» y el lanzamient­o lo fue con una falsa línea de ropa, «moda de caza para cazadas». Se emitirá hasta diciembre, justo cuando se prevé que la Corte resuelva el recurso sobre la inmunidad.

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// EFE Don Juan Carlos, en su última visita a Madrid

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