El aborto como baza electoral choca con la inflación y la inseguridad
El sentencia contra la interrupción del embarazo movilizó a los demócratas pero han perdido fuelle
A comienzos del verano, la sentencia del Tribunal Supremo sobre acceso al aborto amenazó con un cambio en la dinámica de las elecciones legislativas de este martes. Los magistrados –con una mayoría conservadora reforzada tras la presidencia de Trump– decidieron eliminar las protecciones constitucionales sobre aborto establecidas por el mismo tribunal en la década de 1970. La regulación recae desde entonces en los estados y más de una docena han aprobado leyes que prohíben el aborto o lo restringen con fuerza.
La sentencia movilizó a los demócratas. La reacción furibunda al Supremo se unía al descontento en muchas partes de EE.UU. por la incapacidad del Congreso de aprobar regulaciones sobre el acceso a las armas, tras la matanza en una escuela primaria de Uvalde, en Texas. Los demócratas recortaron distancia en las encuestas y muchos confiaban en que estos asuntos les ayudarían a conservar sus mayorías exiguas en el Congreso.
Con el paso de los meses, esa posibilidad parece haberse difuminado, pese a que el aborto sigue siendo un asunto importante. Pero otras prioridades, como la inflación pertinaz que sufre el país y el crecimiento de la inseguridad, han frenado su protagonismo.
A nivel nacional, la economía ees la principal preocupación, según Gallup: un 49% de ellos la consideran ‘extremadamente importante’. Con los demócratas en el poder, eso es algo que beneficia a los republicanos.
El aborto aparece en segundo lugar, con un 42%. Pero el siguiente asunto es otro que aparece en los mensajes republicanos: el aumento del crimen. Mientras tanto, el control del acceso a las armas, que en el mismo sondeo en junio aparecía como principal preocupación, con un 55%, ha caído hasta el 38%.
Habrá que ver, sin embargo, cuál será el impacto sobre el terreno en estados con gran poder político, como Arizona, Pennsylvania o Texas. En este último, dominado por los republicanos, se ha prohibido el aborto para gestaciones de más de seis semanas.
Desde Planned Parenthood, la mayor organización en EE.UU. en la provisión de acceso al aborto, se defiende que mucho de ese entusiasmo ha sobrevivido y se notará en las urnas. «En Texas, en el voto anticipado, quienes apoyan el aborto han votado ya en un 42%, mientras que la participación general es del 21%», asegura a este periódico Dyana Limón-Mercado, directora de Planned Parenthood Texas Votes.
En su opinión, la sentencia del Supremo se sentirá en los resultados, también en una zona muy decisiva: el sur de Texas, con gran mayoría hispana y demócrata, pero con valores más tradicionales que en el resto del país. «Hay muchos mitos y estereotipos sobre las mujeres latinas del sur de Texas, pero el 63% apoya el aborto», defiende.
«La rabia de una pequeña parte de la población se ha disipado», reacciona, en el otro bando ideológico, Joe Pojman, director de la Texas Alliance For Life, una organización en contra del aborto. «Las propuestas de los candidatos demócratas son radicales y Texas ha votado de forma tradicional a candidatos ‘pro vida’», asegura. En estas elecciones, considera que el asunto ayudará a las tres candidatas republicanas al Congreso que buscan representar a los distritos del Valle del Río Grande.