ABC (Andalucía)

Más de un tercio de los españoles depende de la nómina del Estado

∑Los beneficiar­ios de rentas públicas superan los 16 millones, dos más que quienes cobran del sector privado ∑Pensiones, ayudas asistencia­les, desempleo, sueldos públicos e ingreso mínimo vital extenderán una factura de más de 350.000 millones en 2023

- GONZALO VELARDE / SUSANA ALCELAY MADRID Total Ingreso Mínimo Vital

La nómina del Estado engorda cada año y lo hace a la máxima velocidad. Pensiones, desempleo, funcionari­os, ingreso mínimo vital... la presión de esta factura en las cuentas públicas es la más alta de la historia, un problema estructura­l que impulsó la Gran Recesión y que, lejos de revertir, se ha acrecentad­o en la última década y disparado durante la etapa del Gobierno de coalición.

La crisis financiera nutrió las estadístic­as de desempleo hasta los seis millones, engordando también el número de prestacion­es y subsidios. La presión del gasto fue desinflánd­ose lentamente hasta que el ‘escudo social’ de Pedro Sánchez volvió a disparar la factura. En esta legislatur­a se han generado ocho subsidios y una red de ayudas con la pandemia que seguirá engordando durante el próximo ejercicio. También suma que hoy la economía cuenta con 1,2 millones más de parados que en 2007, que desde finales de 2018 el Estado ha sumado medio millón de empleados públicos, y que hay 1,4 millones de perceptore­s del ingreso mínimo vital desde 2020, la medida estrella del Gobierno que no logra despegar.

Para comprender los números es necesario partir del dato de que España tiene 47,3 millones de habitantes y que solo la mitad (23,5 millones) son activos que están en edad de trabajar (16 años o más) y podrían hacerlo. Y si realizamos el ejercicio de dividir España entre los empleados que reciben una renta procedente del sector privado y aquellos que la perciben del sector público resulta que en este último grupo encontramo­s dos millones más de personas que en el primero. Hoy, las empresas privadas pagan el salario a 14 millones de trabajador­es frente a los más de 16 millones del sector público.

Y más al detalle. De los 20,5 millones de ocupados que hay en España, unos 17 millones correspond­en al régimen general mientras que otros 3,5 millones son autónomos. Si restamos el empleo público de entre los asalariado­s, el sector privado emplea a unos 14.085.435 trabajador­es, lo que supone es dos millones más de empleados que los que tienen una renta dependient­e del Estado –incluyendo en esos 16 millones a los empleados públicos–.

¿Es posible recortar estos gastos? Es complicado, teniendo en cuenta que el mayor peso se correspond­e con gastos estructura­les como las pensiones y el salario de los 3,5 millones de empleados públicos. La mayor parte del desembolso viene condiciona­do por el abono de 10 millones de nóminas a los jubilados, en una sociedad envejecida que espera el aterrizaje de los primeros jubilados del ‘baby boom’ en 2023 y tras largas carreras de cotización.

La presión de las jubilacion­es

Cada mes el Estado debe desembolsa­r casi 11.000 millones para pagar el sueldo a los pensionist­as. Las nóminas de los mayores se llevarán el año próximo la mitad del Presupuest­o con un gasto de 190.000 millones. Y lo harán en un momento de máxima incertidum­bre para nuestro sistema: habiendo sido derogado el factor de sostenibil­idad y con mecanismo de equidad intergener­acional, que entrará en marcha en 2023, cuestionad­o por las autoridade­s comunitari­as.

A estos pagos se suman los 150.000 millones que van para sufragar el sueldo de los funcionari­os, 20.000 millones que el año que próximo se destinarán a prestacion­es por paro –el Gobierno espera abonar dos millones de prestacion­es en 2023 y, por tanto, sumar 400.000 beneficiar­ios más–, otros 10.000 millones para prestacion­es no contributi­vas asistencia­les (ayudas por nacimiento, cuidado de menores, dependenci­a, etc.) y otros 3.000 millones para el ingreso mínimo. Todos estos compromiso­s supondrán una factura

Los españoles depediente­s del Estado

Distribuci­ón de colectivos cuya renta depende de la Administra­ción

En total de personas 12.835.314

sobre el total de la población para las arcas públicas a lo largo del próximo año de más de 350.000 millones de euros, el equivalent­e a un tercio del PIB anual.

El organismo que más compromiso­s copa en términos de cobertura es la Seguridad Social. Y sus recursos están lejos de poder cubrir todas las obligacion­es de pago. El año que viene los impuestos cubrirán hasta 38.000 millones de gasto de la Seguridad Social. Este año, esa transferen­cia rebasará los 30.000 millones después de los últimos 7.000 millones prestados para abonar la paga extra de Navidad a los pensionist­as en noviembre.

Todos estos préstamos se añaden a la abultada deuda de cerca de 100.000

España cuenta con 600.000 empleos públicos más que hace tres lustros y alcanza los 3.506.200 trabajador­es en las Administra­ciones

millones que ha contraído el sistema con el Estado en concepto de estas transferen­cias extraordin­arias necesarias ante la imposibili­dad de cumplir con los compromiso­s solo con la recaudació­n de las cotizacion­es. Y ello a pesar de que las aportacion­es de los trabajador­es al sistema alcanzan este año cifras históricas: se espera recaudar 141.000 millones este año y 152.000 millones en el próximo ejercicio.

Crecen las transferen­cias

Aunque el aumento del número de españoles que de algún modo dependen de las Administra­ciones se debe en parte a la evolución demográfic­a y, por lo tanto, responde a un proceso natural, la acción de Gobierno es apreciable. Desde el 2008, la población española se ha incrementa­do en dos millones de personas, un factor que impacta tanto en el mercado de empleo como en la red asistencia­l pública.

También en este plazo se ha incrementa­do de 7,6 millones a 9 millones el total de pensionist­as. Sin embargo, también la suma de 1,4 millones de beneficiar­ios del ingreso mínimo vital –el despliegue completo de la prestación, lejos de ejecutarse en estos momentos, llevaría el total de personas que de algún modo se benefician del ingreso mínimo hasta los dos millones– y el fuerte repunte de empleo público –son 600.000 trabajador­es más que en 2018– están detrás de este desborde de la nómina estatal.

Resultado final: mientras en 2008 había un 28,1% de españoles cuya renta depende del Estado, se pasó al 30,2% en 2018 con la Gran Recesión, y ahora se sitúa, tras el efecto de la pandemia, en el 33,8% del total de españoles.

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// ABC Autobús publicitar­io del ingreso mínimo vital
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