ABC (Andalucía)

La despedida de la reconcilia­ción

∑La afición, pese a cuestionar­le el último año por su rendimeint­o y salario, llena el Camp Nou en el adiós de Piqué ∑Xavi se une a la fiesta dando al central la titularida­d ante el Almería y Busquets le cede el brazalete de capitán

- SERGI FONT

Noche de emociones en el Camp Nou, en un partido en el que la retirada de Gerard Piqué, a falta del partido del martes en Pamplona, centró toda la atención. El central acaparó todo el protagonis­mo. Tanto que incluso portó el brazalete de capitán, cedido por Sergio Busquets. Poco se habló del Almería. De hecho nadie pensaba en el equipo andaluz. La victoria final permitió una jornada perfecta que no empañó la retirada del defensa mejor pagado del mundo.

Mientras los culés se desperezab­an de una breve siesta y se disponían a ataviarse para acudir al Camp Nou para despedirse de Piqué y tributarle un merecido homenaje tras quince años en el primer equipo y 30 títulos en las vitrinas del museo azulgrana, el futbolista se subía a su vehículo para dirigirse al estadio. En los asientos traseros se acomodaba su pareja, Clara Chía, el hombro en el que se ha apoyado en el año más complicado de su vida tras su convulsa separación de Shakira y su ausencia en las alineacion­es de Xavi. Junto a él, de copiloto, un hombre con una cámara de vídeo, lo que presupone una nueva entrega documental del zaguero, con su retirada como ‘leitmotiv’.

Los aledaños del Camp Nou se iban poblando poco a poco de banderas y cánticos. El anuncio del central reactivó el interés por acudir al encuentro ante el Almería y las entradas que los socios liberaron se agotaron rápidament­e. Incluso muchos de ellos trataron de recuperarl­as, infructuos­amente. Los 92.605 aficionado­s que se congregaro­n firmaron la mejor entrada de toda la temporada. La conciencia del culé quería alinearse y desechar ese angustioso sentimient­o de culpabilid­ad tras los últimos pitos que le dedicó a Piqué tras el clamoroso fallo en uno de los goles del Inter, el pasado 12 de octubre. El catalán es el quinto jugador de la historia del Barça con más partidos a sus espaldas (616 con el de ayer) y el tercero con más títulos (30). Era el momento de restañar heridas y reconocer méritos. De volver a congraciar­se con uno de los futbolista­s que más ha exterioriz­ado su sentimient­o antimadrid­ista y que más ha demostrado su amor por el escudo. Tanto, que ya se posiciona como futuro presidente de la entidad. «Me gustaría ver a Piqué como presidente del Barcelona, el carácter lo tiene. Te puede gustar más o menos, pero lo ha conseguido todo», apuntaba al respecto Marc Márquez tras la clasificac­ión en Cheste.

«Perdonado», resumía un aficionado entrevista­do por Barça TV tras los últimos pitos y abucheos que ha recibido el catalán. Muchos acudían con la camiseta azulgrana con el nombre del central en la espalda. Xavi quiso sumarse a la fiesta con su titularida­d y permitirle despedirse de los suyos desde el césped, con las botas puestas. Piqué, acompañado por sus dos hijos, repartió simpatía en el antepalco, en el camino entre el parking y el vestuario, fotografiá­ndose con los invitados que se lo solicitaba­n y firmando autógrafos. Tras la charla previa al partido ya sabía que formaría pareja de Marcos Alonso en el eje de la defensa a pesar de que Christense­n y

Eric García regresaban a la convocator­ia.

Con una lona circular cubriendo el centro del campo con el lema ‘sempr3’, en un claro juego de palabras con su dorsal, Piqué fue ovacionado cuando salió a calentar junto al resto de sus compañeros. Todas las cámaras le enfocaban. Él trataba de mantenerse concentrad­o,pero en algunos momentos la emoción le pudo. Rafa Márquez, Gaby Milito o Dani Alves quisieron estar ‘in situ’ en la despedida.

Se le veía nervioso en el túnel de vestuarios, tratando de relajarse besando a sus dos hijos, que saltaron junto al futbolista para retratarse con él en el último partido en casa, en el feudo que le ha idolatrado durante 15 temporadas. Equipo arbitral y rivales le abrazaban mientras el público coreaba su nombre. No parecía que hubiera tres puntos en juego. Lo ejemplific­ó la petición del público cuando González Fuertes pitó penalti superados los cinco minutos. Solicitó el respetable que lo lanza

Jornada emotiva para el catalán que estuvo arropado por sus hijos y no pudo reprimir las lágrimas en varios momentos

Rehusó lanzar un penalti a pesar de la petición del público y el ofrecimien­to de Lewandowsk­i. Gran ovación al ser sustituido

ra Piqué y rubricara su despedida con un gol. Imperó la lógica y la prioridad deportiva. Lewandowsk­i se lo ofreció pero el central ni se lo planteó. «Lo tiras tú», le dijo señalándol­e con el dedo. El polaco agarró el balón y lo pateó, aunque fuera.

Más aplausos cada vez que tocaba el balón, sobre todo tras su remate de cabeza a la salida de un lanzamient­o de esquina (min12). El Camp Nou se rendía a Piqué y el futbolista animaba al estadio. Jaleaba las ocasiones de sus compañeros y pedía que aplaudiera­n sus fallos. Solicitó el apoyo del estadio a Ferran Torres cuando el delantero fue sustituido y se fue enfadado hacia el banquillo, dejándose caer en una de las butacas de los suplentes.

El árbitro asistente levantó el cartelón en el minuto 83. Con Christense­n esperando en la banda, el Camp Nou se puso en pie para despedir al mejor central de su historia, que cerró su etapa en el Camp Nou. Las lágrimas de Piqué detuvieron el partido. Todos se despidiero­n de él, empezando por el árbitro. «Piqué, Piquenbaue­r», tronaba el Camp Nou. Se va una leyenda, se gesta un presidente.

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 ?? // EFE ?? Una de las pancartas dedicadas a Piqué que se vio en el Camp Nou. A la derecha, el central en un lance del partido de su despedida de la afición
// EFE Una de las pancartas dedicadas a Piqué que se vio en el Camp Nou. A la derecha, el central en un lance del partido de su despedida de la afición
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