Un británico de 80 años con Alzheimer mata a puñaladas a su mujer en Benalmádena
Había una denuncia previa de la víctima, pero la retiró y por eso no tenía protección
Un británico de 80 años asesinó la noche del pasado viernes a su esposa en su casa de Benalmádena. La víctima, de 69 años y también de nacionalidad británica, estaba a cargo del autor del crimen, que sufría una aparente enfermedad mental. La mujer murió después de ser acuchillada. En un primera aproximación al cadáver los agentes sanitarios contabilizaron más de 20 puñaladas en el cuerpo de la fallecida. Fuentes consultadas por ABC explican que fue la propia mujer la que llamó al teléfono de Emergencias, cuando su marido comenzó a ponerse agresivo y a golpearla. El aviso está tipificado como «posible violencia de género» en el 112, debido a la llamada de socorro a las 22.50 horas del viernes.
La llamada de la víctima se produjo al Centro Inteligente de Mando, Comunicación y Control de la Policía Nacional (Cimacc). Tras el aviso, una patrulla se presentó en el domicilio y los servicios sanitarios se trasladaron a la avenida Antonio Machado. Al no poder acceder a la vivienda, los efectivos de rescate accedieron con una escalera de incendios por la terraza. Los bomberos observaron sangre desde la ventana de la terraza y avisaron a los agentes de la Comisaria de Benalmádena, quienes se adentraron en el domicilio.
La mujer estaba en suelo del salón bañada en sangre. Los sanitarios trataron de reanimarla para trasladarla al hospital y salvarle la vida, pero fue imposible ante las numerosas puñaladas que recibió. Entre tanto, los agentes detuvieron al marido. Estaba tendido en la cama, con restos de sangre de la víctima y no opuso resistencia.
El supuesto homicida presenta una enfermedad psicológica con deterioro cognitivo y Alzheimer, que tendrá que ser confirmada por los servicios médicos forenses. Se le diagnosticó la patología a principios de este año. No era la primera vez que había una agresión. Fuentes consultadas por ABC, explican que la víctima ya denunció en una ocasión a su marido. Sin embargo, no le llegaron a poner medidas de protección, ya que la propia víctima retiró la denuncia. En las diligencias del caso constan dos atestados por intervenciones policiales en el domicilio, tras recibir avisos de vecinos ante una posible agresión.
La propia esposa fue la que llamó al 112 pidiendo socorro, pero cuando llegaron los agentes fue imposible reanimarla