Alerta en Prisiones: hallan escondites para móviles en celdas hechos con tablas de talleres
Teléfonos móviles, cargadores y tarjetas SIM. Tres objetos completamente prohibidos en las cárceles españolas pero detectados periódicamente en los registros de las celdas. La novedad es el último método de ocultación utilizado por presos de la cárcel de Algeciras: dobles fondos practicados en las estanterías de algunas de esas celdas y realizados a partir del uso y manipulación de materiales utilizados en las actividades de marquetería y mantenimiento, así como en algunos talleres.
En concreto, los funcionarios encontraron maderas de contrachapado, sacadas de la citada actividad de marquetería, así como pinturas y siliconas. Con esos materiales los internos habían fabricado dobles fondos en las estanterías y para detectarlos era necesario palpar y golpear el fondo del compartimento. Algún funcionario debió de sospechar y así se descubrieron los escondrijos hace unos días.
Para otros usos
El director de Seguridad Interior de Instituciones Penitenciarias envió el jueves día 10 un oficio, al que ha tenido acceso ABC, a todos los centros penitenciarios para advertirles del nuevo método de ocultación detectado. La comunicación se ilustra con una serie de fotografías en las que se aprecia la profundidad del hueco y la cantidad de objetos no permitidos que se habían camuflado. «Obviamente también puede ser utilizado para la ocultación de otro tipo de objetos prohibidos», advierte la nota interna.
«Lo que se pone en conocimiento para que se traslade esta información a la Jefatura de Servicios y a todos los profesionales que prestan servicio en el área de vigilancia, al objeto de prestar especial atención a estos lugares cuando se lleve a cabo la requisa y registro de las celdas», concluye el oficio distribuido por vía interna.
Entre 2017 y 2021, según fuentes sindicales, se incautaron 10.275 teléfonos móviles en las prisiones. Su uso y tenencia están prohibidos para evitar la continuación del delito desde dentro y porque generan que se trafique con ellos, así como multitud de incidentes por hacerse con un terminal. Están muy cotizados entre rejas, sobre todo, por parte de presos que tienen restringidas las comunicaciones y por aquellos que pertenecen al crimen organizado, con los narcos a la cabeza.