Las empresas alemanas se suman a las ayudas estatales
La inflación en Alemania superó la marca del 10% en octubre: los precios al consumidor aumentaron un 10,4% en comparación con el mismo mes del año pasado. La Oficina Federal de Estadística confirma así la estimación inicial y el aumento más fuerte en los últimos 70 años. El Gobierno ya ha lanzado un tsunami de ayudas estatales por valor de 200.000 millones de euros, aplazando a causa de esta medida el regreso al freno a la deuda, anclado a la Ley Fundamental alemana y que fue suspendida para hacer frente a las exigencia de la pandemia bajo condición de que volviese a entrar en vigor en 2023. Pero esa condición no va a cumplirse, precisamente para subvencionar el consumo de energía a empresas y hogares al menos hasta final es de 2023.
En este contexto, grandes empresas alemanas se suman al esfuerzo estatal de paliar los efectos de la inflación sobre las familias. Deutsche Bank acaba de anunciar una paga extraordinaria no recogida ni en contratos ni en convenios de 1.500 euros a sus empleados a tiempo completo. El consejo decidió aplicar esta medida en diciembre y ha entablado conversaciones con los representantes de los trabajadores para establecer el método. Además, la Junta Ejecutiva «decidirá a su debido tiempo» sobre un segundo pago en 2023.
Deutsche Bank espera acogerse a una regulación del Gobierno federal que permite a los empleadores otorgar a los empleados una bonificación por inflación libre de impuestos y aranceles de hasta 3.000 euros y que pretende haber completado el 31 de diciembre de 2024.
Esta iniciativa, que no responde a petición del Gobierno ni de los empleados, no es un caso aislado. El pasado martes, el consejo de administración de Landesbank Baden-Württemberg decidió también el pago de un bono de inflación para todos sus empleados en Alemania por un total de 2.000 euros.
La banca alemana se une así a una serie empresas industriales como Airbus, BASF, Bayer y Covestro o proveedores de servicios como Fresenius y Sixt, que han decretado también diversos pagos adicionales destinados a ayudar a sus empleados a amortiguar los mayores costes de energía y alimentos. No se trata en todos los casos de empresas con brillantes beneficios que aparentemente puedan permitirse esta política.