Una ‘Piedad’ de Goya, pintada en su juventud, a subasta en Madrid
∑La obra, propiedad de la galería Bernat de Barcelona, se venderá el próximo día 30 en la sala Abalarte de Madrid. Su precio de salida: 3 millones de euros
Se está convirtiendo casi en una costumbre la presencia de obras religiosas de juventud de Goya en el mercado del arte español. Tras la cita en Alcalá Subastas de Madrid el pasado 23 de junio con ‘Aparición de la Virgen del Pilar al apóstol Santiago y sus discípulos’, cuyo precio de salida era de 2 millones de euros y que finalmente quedó sin vender, el 6 de julio salía a la venta, esta vez en Abalarte Subastas, ‘Bautismo de Cristo’, de la Colección Condes de Orgaz, una obra BIC e inexportable que se remataba en 3 millones de euros. Ahora aparece en esta misma sala una ‘Piedad’ (83,5 por 58 centímetros), de Goya, datada hacia 1774, que saldrá a subasta el próximo día 30. Fue declarada inexportable en 2014 «por considerarse una obra de gran rareza, representativa del periodo temprano de la producción de su autor y por constituir uno de los pocos ejemplos de su obra religiosa, ayudando así a definir la figura del artista en su contexto». No es BIC. Parte con un precio de salida de 3 millones de euros.
Inédito hasta 2011
Este óleo sobre lienzo no es una novedad. Estaba inédito hasta 2011, cuando Arturo Ansón Navarro, doctor en Historia del Arte y autor de monografías sobre Goya, publicó un estudio en la revista especializada ‘Ars Magazine’. Un año después la pintura pasó por el Prado para su estudio. Las radiografías revelaron una composición anterior bajo la superficie de la pintura. Concretamente, una figura masculina de cuerpo entero, con barba y cubierta con un manto, que recuerda a San Joaquín, y un angelito. Como en otras composiciones del mismo periodo, Goya reutilizó un lienzo anterior para pintar una nueva escena.
En 2015 la obra fue incluida en la exposición ‘Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas’, comisariada por Manuela Mena, entonces responsable del maestro aragonés en el Prado, que tuvo lugar en el Museo Goya. Colección Ibercaja de Zaragoza. En la ficha del cuadro incluida en el catálogo de esa muestra, se afirma que se trata de una obra de «inestimable calidad, en la que destaca la magistral interpretación de la luz sobre las distintas superficies de la composición permitiendo atribuir esta pintura a Goya sin género de dudas».
Esta ‘Piedad’ se incluye, según Ansón Navarro, entre las obras de devoción que Goya pintó en su etapa zaragozana, que va desde su regreso de Roma en julio de 1771 hasta su marcha a Madrid en 1775. «Obra de gran belleza formal y cromática, siempre estuvo en Zaragoza. Goya la pintaría por encargo de algún eclesiástico o comitente de la burguesía zaragozana», apunta. Sobre su procedencia, se sabe que a mediados del siglo XIX pertenecía a un canónigo del Cabildo. Tras su muerte, pasó a una familia de Zaragoza, que la mantuvo hasta 2008, cuando pasó a formar parte de los fondos de la galería Bernat de Barcelona, su actual propietaria.
En muy buen estado
El restaurador Rafael Romero afirma en un estudio sobre la obra que «su estado de conservación es muy bueno, casi excepcional. Solo presenta escasos daños de pequeña entidad en los bordes superior e inferior. La obra se encuentra en tela original; el bastidor antiguo es fijo, sin cuñas. El lienzo, que nunca ha sido reentelado, ha sido clavado a este bastidor con tachuelas de hierro modernas». Destaca Romero «la buena conservación de la tela, siendo esta de buena calidad, sin imperfecciones o daños. No presenta signo alguno de acidificación u oxidación».
Asimismo, añade que «el examen mediante luz ultravioleta revela escasos daños, apenas diminutos puntos dispersos por ciertas zonas de la superficie, principalmente localizados en los fondos». Se aprecia un pequeño desperfecto de unos 2,5 centímetros en el hombro derecho de Cristo y ligerísimas abrasiones en ciertas zonas del cielo. Explica Rafael Romero que en la esquina superior izquierda se observa «una marca diagonal dejada por el cuchillo de imprimar en el momento de aplicarse la preparación a la tela. En alguna antigua restauración se malinterpretó esta marca, se estucó y se retocó como fuera un daño». Arturo Ansón aprecia una relación estilística de esta ‘Piedad’ con las últimas escenas del ciclo ‘La vida de la
Virgen’, que Goya realizó en la iglesia de la Cartuja de Aula Dei de Zaragoza. Así, cree que muchos de los rostros femeninos que aparecen en estas pinturas murales son similares al rostro de la Virgen, así como el tratamiento de los pliegues del manto, amplios y quebrados. También se ha relacionado esta obra con la ‘Piedad’, de Annibale Carracci, de la Colección del Museo di Capodimonte de Nápoles, así como con otras célebres ‘Piedades’: la de Miguel Ángel en el Vaticano (la envergadura y vigorosa anatomía de Cristo) y la que hizo para los Colonna. Goya debió ver todas ellas en su viaje a Roma.
El artista centra la conmovedora escena en primer plano: la Virgen y Cristo muerto en su regazo, ante la Cruz. Solo se aprecia su parte inferior. Y a los pies, varios símbolos de la Pasión: la cartela con la inscripción INRI, la corona de espinas, los clavos... Una intensa luz blanca ilumina fuertemente las figuras. Emplea Goya una paleta suave: azul, rosa, blanco y ocre.