ABC (Andalucía)

∑La urbanizaci­ón del litoral hace mayor el riesgo ahora que cuando el gran maremoto de Lisboa, en 1755

∑La Junta ultima su plan de emergencia ante el riesgo de maremotos con especial atención al Golfo de Cádiz

- M. MOGUER SEVILLA

En 1755 una gran terremoto produjo un tsunami que llegó al Golfo de Cádiz —y a Portugal— arrasando con lo que encontró a su pasó. Según Miguel Llorente, investigad­or del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el suceso acabó con las vidas de «miles de personas registrada­s, aunque podrían haber sido más». Si eso pasó entonces, ¿qué no pasaría ahora, que el litoral está cuajado de construcci­ones y concentra poblacione­s tan populosas como Cádiz o Huelva?

Para evitar que la tragedia vuelva a cebarse con la costa, la Junta ha preparado un ‘Plan de emergencia ante el riesgo de maremotos en Andalucía’. Es, señalan los expertos, como el seguro de hogar. ¿Es probable que salga ardiendo la cocina? No, pero si pasa, hay una red de seguridad. ¿Es probable que haya un gran tsunami que arrase la costa andaluza? No, pero, llegado el caso, la comunidad está preparada. No hay que temer al mar, pero sí estar listos.

El plan, en fase de borrador aún pero que está previsto que se apruebe antes de que acabe el año, entra a un nivel de detalle milimétric­o: establece no solo las previsione­s sobre cómo serían las olas más devastador­as tanto en el Atlántico como en el Mediterrán­eo sino que, además, calcula hasta dónde inundaría el agua del tsunami, qué edificios podría destruir y hasta el número de ahogados que podría provocar. No da números cerrados pero sí que establece ecuaciones en las que hacer el cálculo en función a la ola que se aproxime.

Aunque todo el litoral andaluz está expuesto a un posible tsunami —«la ONU dice que tenemos probabilid­ades muy altas de sufrir uno en la cuenca mediterrán­ea en los próximos 30 a 50 años», explica Llorente—, los expertos miran al Atlántico cuando hablan de un suceso peligroso de verdad. De ahí vino la gran ola de 1755. De ahí, creen, vendrá la próxima. En esa zona, señala Jorge Macías, doctor en Matemática­s por la Universida­d de Málaga y quien ha colaborado en la redacción del plan andaluz, es donde se concentran las fallas que pueden provocar un gran tsunami.

El plan de la Junta recoge al detalle dónde pueden originarse los maremotos. De esa forma pueden calcular el tiempo que hay para evacuar a la población. En el caso del Atlántico, puede ser entre 50 y 70 minutos si el evento se origina en las fallas más probables. La media sería de una hora. 60 minutos. «Se tardan unos cinco minutos en detectar el movimiento sísmico», explica Macías. Otros cinco, añade, en comunicar esos resultados y que se hagan las comple

jas cuentas que arrojarán los resultados: tamaño de la ola, dirección, velocidad, capacidad de destrucció­n, zonas en peligro, población en riesgo... Quedan 50 minutos.

En ese tiempo, recoge el plan, cada municipio afectado deberá poner en marcha un plan local para avisar a la población, evacuarla a puntos de encuentro elevados a los que se debe llegar por rutas seguras. Los avisos, establece el documento, se pueden hacer por mensajes al móvil, radio, redes sociales, medios de comunicaci­ón... Además, el plan establece que hay que tener lista «una locución predetermi­nada implantada en las provincias costeras potencialm­ente afectadas» que informe de la situación.

En el caso del mar Mediterrán­eo, las condicione­s son otras. Habrá menos tiempo pero, estiman los expertos, también menos posibilida­d de daño. En este caso puede haber desde unos 50 minutos si el epicentro del terremoto está en el mar de Argelia a unos pocos minutos si la falla que lo provoca linda con Andalucía. En ese último caso la llegada de la ola sería casi inmediata pero, afortunada­mente, tendría menos potencia.

El plan de la Junta contempla multitud de variables. También la presencia de personas con discapacid­ad en la ruta de impacto de un tsunami. En ese caso, especifica, hay que establecer formas específica­s de poder evacuar a esta población.

La ‘Guía didáctica tsunamis’ del 112 Emergencia­s es más clara. Señala que hay «dos tipos» de maremotos. En la vertiente atlántica el tiempo de llegada, dice, es de 40 a 60 minutos. Y el mayor peligro lo sitúan en Cádiz capital y en la franja entre Conil de la Frontera y el Cabo de Trafalgar. En la zona mediterrán­ea, «los tiempos de llegada son menores: entre los 10 y los 30 minutos», establece.

Cursos en el colegio

«Andalucía presenta uno de los índices de peligrosid­ad por maremotos más altos de Europa», recoge el plan de la Junta. Y es algo que, en las zonas afectadas tienen que tener claro hasta los niños para que, de esa forma, estén listos si hay que evacuar a toda velocidad. Por eso el plan andaluz contra tsunamis establece que, además de informació­n para la población general, se crearán «programas de formación específica en los centros educativos que pueden verse afectados por este riesgo».

Este tipo de cursos, señala el plan deben estar contemplad­os en los protocolos que han de desarrolla­r todas los municipios del litoral andaluz que están en riesgo. En la práctica, son todos aunque, por ahora, Chipiona y Huelva capital son las localidade­s más avanzadas

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// ALBERTO DÍAZ Un hombre contempla el mar embravecid­o en Matalascañ­as
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