Los ladrones se han llevado en tres años 132 kilómetros de cables de la red ferroviaria española
El cableado que se extiende por la red ferroviaria española, y que es imprescindible para que circulen los trenes, ha sufrido 685 robos en los tres últimos años. Es decir, a una media de 19 robos cada mes. Así lo indica el balance oficial de delitos computados por el ente estatal encargado de la red ferroviaria, Adif, al que ha tenido acceso ABC a partir de una reciente respuesta escrita que el Gobierno ha dado sobre esta materia al grupo parlamentario Vox. Los ladrones buscan el cobre, pero en ocasiones los robos afectan también a otros materiales como la fibra óptica. En esos 685 robos arrancaron 131.654 metros de cables, 132 kilómetros. Más o menos la distancia que hay en línea recta entre San Sebastián y Santander, o entre Zaragoza y Lérida.
Ese cableado que ha sido sustraído de la red ferroviaria española ha tenido un coste de reposición de 3,4 millones de euros, sin contar el IVA. A eso hay que sumar el abultado impacto económico que conlleva suspender la circulación de trenes hasta que se restablece el cableado. Por ejemplo, el robo de cables de fibra óptica que se produjo el pasado 8 de agosto en el tramo catalán del AVE Madrid-Barcelona-Francia afectó, en mayor o menor medida, a un total de 102 servicios ferroviarios comerciales, según ha reconocido ahora el Gobierno en esta respuesta parlamentaria. Dependiendo de los retrasos acumulados, los viajeros tienen derecho a pedir la devolución total o parcial del precio del billete.
Déficit de seguridad
En esta misma contestación oficial, el Ejecutivo justifica el aumento de de este tipo de robos por la inflación: «Históricamente, la subida del precio de las materias primas dispara el número de robos de cable».
El Gobierno también reconoce que es preciso incrementar las medidas de vigilancia para prevenir estos delitos en la red ferroviaria. «Adif debe progresar combinando la gestión de los vigilantes con la instalación de nuevas tecnologías que ayuden a predecir, proteger y actuar», afirma el Ejecutivo. «No es posible evitar dichas sustracciones por el número de kilómetros a proteger, pero sin duda –dice el Gobierno– sí es posible reducir dichas incidencias en dos sentidos: instalando tecnología que permita proteger los núcleos más sensibles, y con la ayuda de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para localizar a los compradores del material robado».