Las empresas rescatadas, dos años después: más deuda, despidos y ventas
∑El estado financiero de algunas firmas pone en duda la devolución a las arcas de Estado del dinero prestado
Dos años han pasado desde que el Gobierno aprobara al rescate de Air Europa con 475 millones para facilitar su venta a Iberia. Una operación que sirvió de pistoletazo de salida a su mecanismo estrella para salvar a las grandes empresas de las zarpas del Covid-19, el Fondo de Apoyo a la Solvencia para Empresas Estratégicas que dirigió la SEPI. Desde entonces, y hasta el 30 de junio de este año, repartió algo más de 4.000 millones a 119 compañías a través de este mecanismo y el de recapitalización de pymes de Cofides. Pero para algunas firmas las ayudas parecen no haber sido suficientes: deudas que se descontrolan, grandes despidos e incluso hay quien ya busca comprador.
Algunas de ellas fueron apoyadas por el Estado precisamente para facilitar operaciones, como ocurrió con Air Europa y Ávoris. En el caso de la primera, el fin era salvar su unión con Iberia, una operación a priori estratégica para la economía española. Pero dos años después esa adquisición no se ha completado y la aerolínea de la familia Hidalgo se ha visto abocada a disparar su deuda, tras perder el año pasado más de 300 millones de euros. El pasivo de la compañía aérea se quedó a cierre de 2021 a las puertas de los 1.000 millones (992 millones), como así reflejan las cuentas de ese año depositadas en el Registro Mercantil. De esta cantidad, 475 corresponden a la devolución del rescate, al que no tendrá que hacer frente hasta 2026, al igual que tampoco a los 141 millones de préstamos ICO, cuya devolución ha conseguido prorrogar la aerolínea hasta 2028 (antes en 2025), según consta en su último balance.
KPMG ya preveía a cierre del año pasado una mayor necesidad de financiación de Air Europa por la extensión de la pandemia, entonces en pleno estallido de Ómicron. Sumado a otros riesgos, la auditora indicaba una incertidumbre material «que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la compañía para continuar como empresa en funcionamiento».
Pero tras un verano de recuperación del tráfico aéreo y la entrada de Jesús Nuño de la Rosa como consejero delegado en lugar de Valentín Lago, el buque insignia de Globalia ha vuelto a sacar pecho: ya asegura que acabará 2022 saliendo de pérdidas, con 1.200 millones de ingresos y llevando casi tantos pasajeros como en 2019. En todo caso, en pocos meses podría ser parte de IAG, que ya tiene el 20% de la compañía y tiene en análisis un nuevo acuerdo de adquisición por el 100% de Air Europa.
De lo que ya se ha desprendido Globalia es de los 320 millones a devolver al Gobierno que tenía en común con Barceló tras fusionar las agencias de viajes de ambas compañías y crear el grupo Ávoris en 2020, meses antes de ser rescatada. El grupo de Juan José Hidalgo decidió en octubre renunciar a su parte de la deuda a cambio de ‘regalar’ a Barceló el 49,5% del accionariado que poseía del nuevo gigante de la distribución turística, cuyas 35 marcas facturaron antes de la pandemia más de 4.000 millones de euros en su conjunto.
Una vez sellada la fusión, Ávoris fue una de las primeras empresas apoyadas por la SEPI. Concretamente, la cuarta, tras recibir la ayuda en marzo de 2021. Pero lo cierto es que no ha sido hasta ahora cuando la compañía ha empezado a gozar de cierta normalidad en su actividad por culpa de los efectos de la pandemia. En 2020, las restricciones a los viajes sacudieron sus cuentas hasta llevar su facturación por debajo de los 1.000 millones, mientras que en 2021 la reactivación fue relativa. De hecho, hasta este verano la compañía tuvo a buena parte de sus trabajadores en ERTE, ya que se pudo aprovechar de la nueva figura que el Gobierno aprobó en la reforma laboral (mecanismo Red) para sectores en dificultades y situar a 1.700 trabajadores en ese régimen.