Fraudes viejos con bitcoins nuevos
Es evidente que los gobiernos le han dado cuerda a un sector que ha terminado ahorcándose solo
Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque los odres viejos se rompen. Eso pensaron los creadores del negocio de las criptomonedas. Quizá también creyeron que la ley no los alcanzaría jamás o que podían desafiar las normas del mercado amparados en la complejidad, pero lo cierto es que la criptocrisis que empezó la semana pasada tiene un aspecto tan clásico como un poema de Homero o un fraude de Ponzi.
Todo empezó con los problemas de liquidez de FTX, una de las grandes plataformas donde se negocian criptomonedas, fundada por Sam BankmanFried en 2019, cuando tenía 28 años. La semana pasada FTX valía en bolsa 32.000 millones de dólares. El fenómeno es bien conocido: de pronto, muchos clientes empiezan a reclamar que se les devuelva el dinero y la empresa no puede hacerlo porque lo tiene invertido en activos difíciles de vender o directamente lo ha perdido. Hace 100 años, esto provocaba las llamadas ‘corridas’ bancarias. Hoy, los sistemas financieros han mutualizado este riesgo a través de los seguros de depósitos. Las criptomonedas no tienen nada de eso. Bankman-Fried necesitaba 8.000 millones para hacer frente a sus compromisos.
Viendo lo que se cocinaba, la plataforma de criptoactivos líder en el mundo, Binance, se ofreció a rescatarlo. Pero su consejero delegado, Changpeng Zhao, le acabó pegando el tiro de gracia. La semana pasada dijo que tras estudiar los libros de su competidor, no compraba. Y contó que encontró «operaciones fuera de balance». ¡Sorpresa! La misma conducta irregular que llevó a la quiebra a Enron, por ejemplo.
Además, Changpeng dijo que las autoridades norteamericanas rondaban a Bankman-Fried porque otra de sus empresas –la sociedad de inversiones Alameda–, que supuestamente no tenía relación con FTX, en realidad sí la tenía. De hecho había usado su criptomoneda (denominada FTT) para arriesgadas inversiones que le provocaron un descubierto de 10.000 millones. ¿Operaciones de riesgo entre empresas relacionadas? Esto ya lo conocíamos desde el escándalo Rumasa.
El desplome de las criptomonedas la semana pasada ha sido histórico. El jueves 10, Bankman-Fried hizo un hilo de 22 tuits que empezaba diciendo: «La he jodido y tendría que haberlo hecho mejor». Y, el viernes, anunció su dimisión y FTX se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE.UU. que le permite seguir operando y reorganizarse bajo la vigilancia de un juez.
¿Hasta dónde llegará la corrección en el mundo de las criptomonedas? Nadie lo sabe. Changpeng dijo al ‘Financial Times’ que habrá más plataformas que quebrarán. Una cosa segura es que el mundo cripto no volverá a ser igual. Esta crisis es la excusa perfecta para que los gobiernos entren a saco en el sector. Han estado años dándole cuerda al mercado de criptomonedas para que se ahorcaran ellos mismos. Los sellos, otra vez. jmuller@abc.es