Protesta masiva por la sanidad pública que la izquierda utiliza para atacar a Ayuso
La manifestación es el preámbulo de una semana clave en la negociación del conflicto de Madrid
La marcha por la sanidad pública en Madrid fue un éxito de convocatoria: unas 200.000 personas, según datos oficiales de la Delegación del Gobierno –que la organización elevaba a 300.000– marcharon en cuatro columnas desde los cuatro puntos cardinales para confluir en el centro de la capital, la plaza de Cibeles. Jóvenes, parejas con niños, personas de mediana edad y mayores, y muchas batas blancas, pasearon por las avenidas madrileñas en una soleada mañana de domingo, coreando gritos por la mejora del servicio sanitario. Y con un grito especialmente secundado: «Ayuso dimisión».
La movilización la habían convocado «vecinas y vecinos de los barrios y pueblos de Madrid», sin ningún logo visible en los carteles. Llamaron a secundarla desde todos los partidos y sindicatos de la izquierda. Y se pudieron ver pancartas de PSOE –con alcaldes de municipios gobernados por este partido, como Alcalá, Móstoles o Alcorcón, y hasta Juan Barranco–, Más
Madrid, o Podemos; sindicatos como Satse, CC.OO. o CGT; los médicos del servicio de atención rural, organizaciones de pensionistas...
Fueron muchos los madrileños que decidieron acudir a la protesta; y eso que, según explicaba uno de los organizadores desde el escenario de Cibeles, muchos no habían podido llegar porque había «pegas en Renfe en Pozuelo, en Fuenlabrada, en Getafe; no quieren que venga aquí la ciudadanía». Desde las redes sociales, el portavoz popular en la Asamblea, Pedro Muñoz Abrines, ironizaba: «Renfe la gestiona Pedro Sánchez, el PSOE y Podemos, pero la culpa es de Ayuso». A su juicio, la manifestación había sido «un fracaso» porque no la había secundado «el 99 por ciento de los madrileños».
Hasta Almodóvar
La marcha contó con un evidente apoyo ciudadano, y también de diversos artistas: algunos lo manifestaron en las redes sociales, como Luis Tosar, Alberto San Juan, o el grupo Amaral. Otros, en persona: Pedro Almodóvar, el director cinematográfico mundialmente reconocido, se situó en Cibeles en primera línea y explicó a todo el que quiso escucharle que «La sanidad pública es algo transversal, no es una cuestión política sino que nos afecta a todos», y «lo mismo que en la pandemia salíamos a los balcones, ahora también hay que salir a defenderla».
A lo largo de la marcha, coincidieron todo tipo de colectivos con diferentes reivindicaciones: taxistas, pensionistas, representantes de las mareas verdes de la enseñaza pública, y hubo varias referencias al drama de las residencias de mayores en el Covid.
Los gritos más coreados fueron contra la presidenta de la comunidad de Madrid –nadie se acordó del Consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero–, a la que pidieron la dimisión varias veces. «Recortar en Sanidad es un acto criminal», «Ayuso, peor que Aguirre», «Menos discursos y más recursos», o «Menos asesores y más trabajadores». Y el más ocurrente: «Si tienes asma te miran por un plasma».
Entre la muchedumbre, los líderes políticos encontraron un hueco para lanzar su mensaje. Mónica García, portavoz de Más Madrid, recordaba que «hace diez años participaba en las manifestaciones de la ‘marea blanca’ como portavoz y hoy, como portavoz, estoy defendiendo lo mismo». Rita Maestre, a su lado –y junto a Íñigo Errejón– señalaba que «esta es la manifestación más transversal de Madrid, con personas de todos los partidos que son pacientes, ciudadanos o profesionales».
Juan Lobato habló como «padre de tres hijos, secretario del PSOE-Madrid y candidato a la Presidencia de la Comunidad». Y su reflexión fue esta: «Aquí da igual a quién haya votado cada cual: esto no es una manifestación política, es ciudadana». Pidió «a las familias que dentro de seis meses, que hay elecciones, nos den una oportunidad para gestionar con seriedad y eficacia la sanidad pública en Madrid».
Hoy lunes, la huelga de las urgencias extrahospitalarias madrileñas seguirá su marcha, mientras los sindicatos estudian el último planteamiento del Gobierno regional: 49 centros funcionando con médicos y el resto con enfermeras. Se espera un nuevo encuentro a mitad de semana para intentar avanzar en las negociaciones.