«Más que el Mundial, el problema es el día después»
Un Mundial de fútbol en noviembre y diciembre, casi en la frontera de la Navidad y ajeno a todos los cánones conocidos en este deporte, plantea todas las dudas posibles desde diversos ángulos. Una de las principales incógnitas reside en descifrar cómo afrontarán los futbolistas la cita desde la preparación física y, en el reverso, cómo afectará el retorno a sus clubes con las ligas y las competiciones europeas lanzadas. ¿Ha habido una preparación física especial? ¿Hubo coordinación de los planes entre los responsables de los equipos y los de la selección? ¿Qué deben hacer los conjuntos que casi no aportan futbolistas al campeonato del mundo? ¿Puede ser el calor del desierto qatarí un elemento clave? Fisiólogos, preparadores físicos y médicos abordan con ABC la especial idiosincrasia del atípico Mundial de Qatar que comienza en seis días.
Alfonso del Corral fue jefe de los servicios médicos del Real Madrid y hoy es responsable de traumatología del Hospital Ruber de Madrid. Su visión está más enfocada en la vuelta que en la ida. «La preparación para el Mundial entiendo que no tiene nada de especial. Los jugadores están en el momento óptimo de la temporada, en pleno desarrollo de sus potencialidades y no están cansados. La cabeza es lo más importante y la motivación les sobra. El problema es el día después del Mundial».
En cierta manera, el Mundial es una continuación de la competición en las ligas o en los torneos europeos. En esta percepción coincide con José Luis Arjol, exdefensa del Zaragoza, segundo entrenador en varios clubes con Víctor Fernández, preparador físico y profesor de la Universidad San Jorge de la capital maña. «Una diferencia sustancial es que los jugadores no llegarán a Qatar como a otros Mundiales, con 38, 40 o 50 partidos en las piernas. Ahora lo harán en un momento óptimo, noviembre, en picos altos de forma, con su pretemporada hecha, un cuarto o un tercio del curso cumplido y un punto de rendimiento máximo».
Carlos Cascallana ejerció como preparador físico durante 28 años en el Atlético de Madrid. Luego, con Luis Aragonés y Schuster, trabajó en clubes de Turquía y China. Actualmente dirige una academia de fútbol en Las Rozas. Expone una óptica optimista de Qatar 2022. «Se trata de no tocar la preparación física de los jugadores. Con tres meses de Liga, van a llegar en un momento óptimo de forma. Eso se traducirá en un fútbol vivo, dinámico y explosivo. Será un Mundial divertido. Hay que incidir más en el nivel táctico y emocional. Y entre partido y partido se deberá hacer un trabajo de reposición física y corrección de errores tácticos».
El calor
David Barranco, responsable del laboratorio de fisiología de la Universidad Europea, sí observa detalles específicos y diversos en este campeonato del mundo. «La temperatura puede ser determinante, porque en Europa es otoño y allí es como nuestro verano, habrá mucho calor y humedad. Las selecciones acudirán sin una concentración específica, tal y como suele ser habitual antes de una cita así. Y será una locura cómo pueda responder cada cuerpo en esas circunstancias».
«Desde el punto de vista de la preparación física antes y durante el Mundial no hay nada extraordinario que hacer –apunta el profesor Arjol–. Los jugadores ya vienen rodados y en Qatar la gestión clave será la preparación individualizada de cada futbolista».
Alfonso del Corral complementa esta apreciación con una visión esperanzadora: «Los jugadores presentarán una forma espléndida, el momento para disputarlo casi es mejor que en verano. Es ideal jugar ahora. Entiendo que la motivación va a compensar cualquier otra dificultad. Al margen de sus habilidades técnicas, lo más importante en un futbolista es la mentalidad, la cabeza».
«Yo creo que los preparadores físicos de cada selección van a tener mucho trabajo –considera David Barranco–. Todos los futbolistas no van a llegar en las mismas condiciones físicas, la carga de trabajo por tanto no puede ser la misma para todos, sino que debería ser individualizada. Aunque ahora con los gps y la tecnología queda todo registrado, los esprints, las cargas, la fatiga, entiendo que debería haber una coordinación entre los profesionales físicos de los equipos y los de la selección para saber cómo llega cada jugador».
Misma dinámica
José Luis Arjol, que ha sido segundo entrenador del Zaragoza, Betis y Huesca y hoy ejerce como responsable de metodología y planificación del equipo maño, observa un factor clave en la selección española durante el Mundial. «La preparación estratégica de la fase de grupos. Las alineaciones que se pueden presentar en los tres primeros partidos, teniendo en cuenta el periodo de recuperación de cuatro días. Es tiempo mínimo suficiente para recuperarse, excepto si hay golpes o hematomas. En un Mundial normal, después de 50 partidos de temporada, entonces la recuperación sí es fundamental. Pero aquí no llevan 50 partidos».
No todos los equipos proyectan internacionales hacia el Mundial. Muchos clubes modestos de la Liga no aportan jugadores y quedarán con casi toda la plantilla en paréntesis competitivo y mental, mientras Qatar 2022 circula a toda marcha. ¿Qué harán estos equipos?
«No afectará mucho –explica Cascallana–. Los equipos deben seguir con la misma dinámica, solo que sin competir, sin estrés, sin resultados, sin prensa, sin puntos… Los entrenamientos deberían ser normales, como de costumbre. E intercalar algún partido amistoso para el ritmo. A los que se queden, unos días de vacaciones y listos».
«Sin entrar en la labor de los compañeros de los equipos, supongo que bajarán mucho el nivel de carga de trabajo –matiza David Barranco–. Se dedicarán más a métodos de mantenimiento, a conservar el peso y a fórmulas de compensación. Habrá unos equipos y jugadores con más estímulo competitivo y otros sin ritmo».
«Eso sí puede ser un problema –manifiesta el doctor Del Corral–. El proceso de la temporada se corta por la
Una diferencia en la previa respecto a otros Mundiales es que las selecciones no hacen concentración específica
mitad. Unos van al Mundial y otros no. El asunto es que los que no van se quedan sin trabajo. Conviene hacer una pretemporada en miniatura, trabajo de acondicionamiento, cargar las pilas en definitiva. Lo peor que pueden hacer los no internacionales es quedarse parados».
«Lo veo como un problema menor –aporta José Luis Arjol–. No veo especialmente problemático mantener el nivel competitivo en este periodo de
«Al margen de sobrecargas o lesiones, el éxito o el fracaso en el Mundial también genera desgaste»
parón. Supongo que se pueden organizar amistosos para mantener el tono».
David Barranco incide en el factor del calor en Qatar como determinante para el rendimiento de los deportistas. «No es lo mismo jugar 90 minutos a 40 grados que jugar 90 minutos a 10 o 15 grados. Mi opinión es que las selecciones de los países cálidos tienen ventaja sobre los países que vienen del frío. Con calor nadie rinde bien».
El día después del Mundial supone un interrogante por despejar que puede convertirse en un rompecabezas. «Muchos futbolistas vendrán fundidos, sin duda –dice Arjol–. Y eufóricos unos y castigados mentalmente otros. Puede haber sorpresas en la liga entonces, porque los que lleguen cansados serán los mejores de cada equipo».
«Los equipos se van a encontrar con quebraderos de cabeza, porque no saben lo que vendrá después del Mundial –razona Alfonso del Corral–. Tendrán a jugadores con sobrecargas, lesiones variadas, contratiempos y esfuerzo acumulado. El éxito o el fracaso también genera un desgaste. Y esto es muy importante porque la mentalidad es la clave en el deporte y hay que volver a integrarse en la rutina de los entrenamientos y el día a día de los clubes».
«Es imprescindible concederles unos días de vacaciones a los futbolistas del Mundial –argumenta Carlos Cascallana–. Fuera el fútbol. Días de familia, relax, flow y no pensar en el fútbol. A partir de ahí, meterlos en la dinámica de club no será tan difícil».