TVE ultima otro contrato de 4,2 millones para los autores de la serie sobre Sánchez
El martes prevé darle otro programa a The Pool TM, coproductora del documental pactado con Moncloa
El Consejo de Administración de RTVE prevé adjudicar el próximo martes un nuevo contrato de 4,27 millones de euros a The Pool Talent Management (TM), una de las dos productoras –junto a Sequoya– con las que La Moncloa pactó, vía convenio, diversas condiciones para la realización de una serie documental sobre el presidente Pedro Sánchez. Este nuevo contrato de RTVE llega pocos días después de que, como ayer desveló ABC, el ente público haya descartado oficialmente, por escrito, la compra de esa ‘docuserie’. Fuentes de la oposición parlamentaria ya habían advertido que habría sido un escándalo que Televisión Española pagara con dinero público la emisión de un documental que sirve para proyectar la imagen del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, en vísperas de las elecciones municipales, autonómicas y generales que se celebrarán el próximo año.
Sequoya y The Pool TM se asociaron para producir esa ‘docuserie’ que lleva tiempo buscando compradores. Como también informó ABC hace varias semanas, las principales cadenas y plataformas no han mostrado interés en la emisión de ese producto audiovisual.
En este contexto aparece ahora el nuevo programa que TVE prevé adjudicar a The Pool TM para la producción de diez capítulos a emitir por La 1 en ‘prime time’, en horario de máxima audiencia, según la propuesta de contratación que se ha elevado al Consejo de Administración del ente público y a la que ha tenido acceso ABC. Será un programa de entretenimiento, que ‘a priori’ cuenta con el título provisional de ‘Vamos a llevarnos bien’. Televisión Española pagará por esos diez programas un importe bruto de 3.529.011 euros, que con el IVA se elevará a 4,27 millones de euros.
Controvertidas maniobras
Esta contratación se enmarca en los primeros paquetes de nuevas adjudicaciones que ha impulsado la presidenta interina del ente público, Elena Sánchez, desde que el Gobierno maniobró para sortear la ley y dotar de poderes ejecutivos a esta presidenta interina. Moncloa activó en septiembre su operación para tumbar al anterior presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, al que el Gobierno dejó de considerar apropiado para pilotar la radiotelevisión pública estatal en plena carrera hacia las urnas. Moncloa forzó su caída a través de consejeros de administración colocados por PSOE y Unidas Podemos. Y el Ejecutivo eligió como sustituta a Elena Sánchez.
El problema era que, con la ley en la mano, una presidencia interina carecía de poderes ejecutivos. Y eso impedía, por ejemplo, elevar al Consejo de Administración los expedientes de contratación de mayor importe. Para sortear esas limitaciones, el Gobierno esquivó la ley con un mero acuerdo del Consejo de Ministros, que algunos juristas consideran inconstitucional.
Desde que fue investida así con poderes ejecutivos, Elena Sánchez ha promovido un significativo paquete de contrataciones. Entre las primeras, una de 6.720.396 euros (IVA incluido) para La Coproductora, del grupo Prisa.
The Pool también tiene vínculo con Prisa, grupo propietario de ‘El País’: el apoderado de The Pool es Andrés Varela Entrecanales, presidente de Global Alcanaba, que hace unos meses compró a Telefónica el 7% del capital que la operadora tenía en Prisa. Poco después, Varela entró en el Consejo de Administración de la editora de ‘El País’, donde sigue.
Esta adjudicación llega pocos días después de que RTVE confirmara que no iba a emitir la ‘docuserie’ del presidente, que sigue buscando compradores
rompió los folios con la intervención de Trump en uno de sus discursos sobre el estado de la Unión.
Objeto de odio
Ser enemiga de Trump le convirtió en enemiga de su movimiento. Pelosi ya se había convertido para entonces en el símbolo del ‘establishment’ demócrata, de la ciénaga de Washington, de las elites de las costas que abandonaron a la clase trabajadora y se centraron en la batalla cultural de la identidad racial y de género. Pero la rivalidad con el presidente, figura de culto para muchos republicanos, la convirtió en objeto de odio. «¿Dónde está