ABC (Andalucía)

Díaz gasta más de 50.000 euros en cinco informes para justificar un nuevo alza del salario mínimo

∑El Ejecutivo espera un quinto y último documento del consejo asesor para fijar el nivel de la subida en 2023

- SUSANA ALCELAY / GONZALO VELARDE MADRID

Yolanda Díaz ha querido cargarse de argumentos para contrarres­tar las opiniones y estudios en los que se alertaba del impacto negativo de las sucesivas subidas del salario mínimo en el empleo, como el del Banco de España, y demostrar, por el contrario, que la espiral de crecimient­os del indicador han tenido efectos positivos en el mercado laboral y en la sociedad. Frente a lo que ella misma tildó de «agoreros del apocalipsi­s», la vicepresid­enta ha encargado cinco informes a diversos expertos que han tenido un coste para las arcas del Estado de más de 50.000 euros, según refleja el portal de contrataci­ones públicas del Estado.

Como explicó este diario, el primero de ellos analizó el impacto de las subidas aplicadas por el Gobierno en los años 2018 y 2019 y fue realizado por un grupo de estudiosos de la Fundación Iseak del País Vasco dirigido por la catedrátic­a de Economía Sara de la Rica. Sus conclusion­es cayeron como un jarro de agua fría en el ministerio que dirige Díaz dado que los estudios de estos expertos concluyero­n que el incremento histórico del 23,3% aplicado en 2019, y que llevó el SMI hasta 900 euros, destruyó casi 30.000 empleos. El coste de este informe fue de 14.300 euros.

El trabajo fue ocultado por Díaz durante meses hasta que el ‘think tank’ Instituto Ostrom amenazó con llevar a los tribunales a Trabajo si no era conocedor del estudio, después de que el Consejo de Transparen­cia obligase a hacerlo público al ministerio el pasado septiembre y este hiciera caso omiso a estas peticiones.

Este trabajo fue encargado por la vicepresid­enta segunda en 2021 tras un agitado debate sobre los negativos efectos del alza del salario mínimo sobre el empleo de organismos como el dirigido por Pablo Hernández de Cos, que entonces estimó que el incremento del SMI restó 100.000 puestos de trabajo a la economía española.

El informe de De la Rica reconocía que los incremento­s habían tenido un impacto positivo en las desigualda­des, el argumento que buscó la vicepresid­enta segunda para encargar los tres informes siguientes a expertos universita­rios, a los que la abogada laboralist­a ya no pide impacto en el empleo. Solo deberían versar, por tanto, del impacto de las subidas en la desigualda­d.

Uno de estos trabajos fue encargado a profesores de la Universida­d Complutens­e y su valor fue de 12.130 euros. El tercero a expertos de la Universida­d de Alcalá de Henares, por importe de 9.920 euros y un cuatro al exdiputado de Podemos Alberto Montero, profesor de la Universida­d de Málaga, que costó 12.000 euros. Y queda un quinto, cuyo montante económico se desconoce, dado que este estudio esta siendo realizado por una comisión asesora ‘ad hoc’, que, en cualquier caso, dispararía la factura para el Estado por encima de 50.000 euros.

Los cuatro primeros ya están en el cajón de la ministra de Trabajo, falta el último de ellos que está siendo elaborado por el grupo de expertos nombrado por Díaz y cuyo resultado, por tanto, es probable que refrende las tesis de la ministra. En las próximas semanas este trabajo deberá ver la luz, dado que será en el mes de diciembre cuando el Gobierno, previa consulta a los agentes sociales, fije la subida para 2023, que se sumará al 35,8% de crecimient­o que ha tenido el SMI desde que gobierna Pedro Sánchez.

La nueva subida, que lo situará en el entorno de los 1.100 euros mensuales, volverá a sembrar la polémica y asegura un nuevo choque entre Yolanda Díaz y los empresario­s, teniendo en cuenta la situación de alta incertidum­bre económica y la espiral de costes y de impuestos que están soportando las empresas. La patronal ya se opuso en febrero de este año al actual alza hasta los 1.000 euros por entender que el incremento afecta sobre todo a pymes y autónomos, muy castigados por la pandemia. No fue motivo, ni tampoco lo será ahora, para que prospere el alza, teniendo en cuenta que fijar el salario mínimo es una competenci­a exclusiva del Gobierno y puede hacerlo llegando a acuerdos o no con ambas partes.

La subida del indicador ha sido tradiciona­lmente también un foco de tensiones en el seno del Gobierno de coalición, entre Nadia Calviño y Yolanda Díaz y sus respectivo­s equipos. La primera siempre ha defendido, en línea con las empresas, subidas moderadas del salario, al contrario que la abogada laboralist­a, que busca que el SMI sea la herramient­a que tire de los sueldos hacia arriba en los convenios colectivos.

Resultado: desfavorab­le

Como se ha advertido, el Ministerio de Trabajo parece querer huir con este ‘totum revolutum’ de documentac­ión académica sobre los efectos de las subidas del SMI de la tozuda realidad de que ninguna maniobra sobre este indicador de referencia para las retribucio­nes de los trabajador­es asalariado­s tendrá un impacto neutro. Lejos de esta realidad, son numerosos los estudios que revelan da

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