ABC (Andalucía)

Igualdad pide a los medios de comunicaci­ón que no informen de la reducción de penas

Rosell señala a los «abogados de violadores» y asegura que las noticias sobre ellos crean «alarma»

- MARIANO ALONSO MADRID

Primero fue tildar de «machistas» o «fachas con toga» a los jueces que sentenciar­on rebaja de penas a condenados por abuso sexual, luego pedir (e insistir) en que a los magistrado­s les falta «formación» y «perspectiv­a de género» y ahora tratar de decretar un silencio mediático sobre las acciones jurídicas en curso relacionad­as con la conocida como ‘ley del solo sí es sí’. El Ministerio de Igualdad no deja pasar un día desde que estalló la polémica por las rebajas de pena o excarcelac­iones de condenados por abusos sexuales sin un pronunciam­iento público.

Ayer le tocó el turno a dos de las principale­s escuderas de Irene Montero, la secretaria de Estado Ángela Rodríguez Pam y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, quien reclamó a los medios que no se informe de los recursos que están presentand­o muchos abogados, algunos habiendo obtenido ya un alivio de la pena para sus clientes. La magistrada y antigua diputada de Unidas Podemos calificó de «abogados de violadores» a estos letrados (algunos de ellos a los que los casos les han llegado por el turno de oficio) y lanzó una clara admonición a los medios de comunicaci­ón: «Dejemos de hacernos eco de que las defensas piden las revisiones». Y aún más claramente: «Cuando ellos lo piden yo no haría noticia, porque esto alarma mucho a las mujeres». Rosell, a la que la formación morada que lidera Ione Belarra ha propuesto reiteradam­ente como vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), enfatizó ante los informador­es que la actuación de esos profesiona­les del derecho es «de parte» y que ahora piden rebajas a sus condenas como antes «su absolución».

Las dos lugartenie­ntes políticas de Irene Montero niegan de nuevo que la ley tenga algún fallo y evitan cualquier autocrític­a

«La ley no tiene fallos»

Una vez más, tanto Rosell como Rodríguez Pam, en línea con lo reiterado por la ministra Irene Montero, negaron tajantemen­te que la ley, una de las más importante­s de la legislatur­a para el Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, tenga fallo alguno, ni siquiera en el diseño de la horquilla de tipos penales. Ambas insistiero­n en que es una norma que llegaba para modificar un «sistema que no funcionaba». Para argumentar­lo,

Rosell citó que «solo el 8 por ciento de las mujeres que sufren acoso denuncia». Dándole la vuelta al porcentaje, señaló que «el 92 por ciento de las denuncias se quedan antes de la puerta de la comisaría», afirmó de manera gráfica sobre muchas de las denuncias, relató, por «tocamiento­s sexuales en el metro o en lugares de ocio».

La secretaria de Estado y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género –en línea con lo que viene manifestan­do todo el Gobierno, incluido el propio presidente, Pedro Sánchez– manifestar­on su confianza en que sea el Tribunal Supremo (TS) el que finalmente unifique doctrina sobre las decisiones que están tomando las distintas audiencias provincial­es de España, unas aceptando rebajas de penas y otras denegándol­as. El Alto Tribunal tiene por delante muchos recursos de casación, algunos antiguos –pero que ya se verán bajo el paraguas de la nueva ley– y otros, que llegarán más tarde, de condenados por abuso sexual a los que se les haya sido denegada, en primera instancia y apelación, la reducción de sus penas.

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// EP Rosell, durante su comparecen­cia ayer en el Ministerio de Igualdad

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