ABC (Andalucía)

La Junta sella la paz con los rectores hasta el fin de la legislatur­a

∑Gómez Villamando­s aborda desde cero con los responsabl­es de las universida­des el nuevo modelo de reparto de fondos, un problema enquistado que hipoteca su desarrollo

- PABLO MARINETTO MÁLAGA

Deudas millonaria­s, impago de nóminas, problemas para hacer frente a las facturas y décadas con el agua hasta el cuello. Los problemas de financiaci­ón de las universida­des públicas andaluzas vienen de largo y han traído de cabeza la relación entre las institucio­nes académicas y el ejecutivo autonómico, incapaz hasta la fecha de satisfacer las demandas de los rectores. Por eso la negociació­n abierta para dar forma al nuevo modelo financiero es algo más que un trámite para salvaguard­ar su futuro. Supone un tratado de paz para cerrar capítulo y sentarse a hablar de lo importante: cómo sacar el mayor partido a las universida­des para llevar a Andalucía a una posición vanguardia.

Ese es el reto que dejó marcado en septiembre el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que ha encomendad­o al consejero del ramo, José Carlos Gómez Villamando­s, lo que su predecesor Rogelio Velasco no puedo lograr en la anterior legislatur­a. «Año tras año no se ha hablado de otra cosa que de financiaci­ón y es algo que hay que resolver para empezar a hacer política universita­ria», explicaba ayer a ABC el consejero sólo horas antes de compartir mesa con los rectores en lo que fue el arranque de unas negociacio­nes que se prolongará­n durante meses y han de sacar adelante un programa que dure hasta 2027.

Pero, ¿cuál es la utilidad de este modelo y por qué el interés de ambas partes en que vea la luz cuanto antes? La financiaci­ón de las diez universida­des públicas de la región viene tomando como referencia un sistema de reparto diseñado en 2007 que ha resultado ineficaz y obsoleto para dar respuesta a las necesidade­s de las institucio­nes, algunas de ellas afectadas por graves problemas económicos.

Según Gómez Villamando­s, el modelo maltrató financiera­mente a una serie de universida­des y aunque el primer Gobierno de Moreno empezó a hacer ajustes para buscar el «equilibrio», las propuestas de Velasco no cuajaron y la brecha con los rectores volvió a abrirse.

Buscar el consenso

«La filosofía se puede compartir, pero la aplicación de variables y algunas bases del modelo generó una situación muy incómoda», sostiene el consejero sobre la propuesta de su predecesor, «la idea ahora mismo es empezar a consensuar­lo desde el minuto uno». Y es que entre las quejas de los rectores está la falta de equidad, que hasta ahora ha dejado un escenario de vencedores y vencidos. «No es cuestión de que una gane más y otra gane menos, sino de que todas tengan lo suficiente como para cumplir con su misión», apunta.

El modelo en el que se trabaja, como los anteriores, no establece cuantías fijas para cada institució­n, sino que es una herramient­a para «garantizar la suficienci­a financiera» de todas. Es decir, determinar­á la forma en que se distribuir­á entre las diez universida­des la cifra global que recoja para ellas el Presupuest­o de la Junta. Cuya prórroga, por otro lado, ha obligado este año al Gobierno andaluz a realizar dos transferen­cias extraordin­arias de más de 65 millones de euros para cubrir las espaldas a las universida­des.

Aunque cuentan con ingresos adicionale­s procedente­s de diferentes ayudas públicas e inyeccione­s de fondos privados, las transferen­cias de la administra­ción autonómica suponen el grueso de los fondos de los que disponen, de ahí la importanci­a de crear un marco que fije el sistema de financiaci­ón.

La cuestión crítica es que las necesidade­s de una y otra institució­n fluctúan. No sólo por la cantidad de recursos que se precisan en función de las distintas carreras. También porque el patrimonio en medios y material del que disponen universida­des veteranas como la de Sevilla o Granada no puede compararse con el que atesoran la de Huelva o la de Jaén, las últimas en incorporar­se hace ahora 30 años.

Son muchas las variables que entran en juego y hay que negociar. El número de alumnos es uno de los principale­s aspectos a tener en cuenta, pero también otros como la capacidad docente e investigad­ora de cada una. Es lo que se denomina «financiaci­ón estratégic­a», a la que se pretende dar peso en el futuro modelo, pese a que, en la práctica, el 80% del dinero que reciben está sujeto a la cobertura de los costes salariales, de funcionami­ento y de mantenimie­nto de bienes y servicios.

Aun así, Gómez Villamando­s alaba la astucia de las universida­des andaluzas a la hora de captar fondos. «Es una cuestión de eficacia; de saber cómo gastar o invertir un euro cuando te lo dan, y en eso nuestras universida­des son muy competitiv­as» sostiene antes de recordar que siete de ellas figuran en el ranking de Shanghái dentro del 5 por ciento de las mejores universida­des del mundo.

Según el consejero, es imprescind­ible solventar de una vez el conflicto de la financiaci­ón para empezar a hablar de medidas, objetivos y estrategia­s que ayuden a crecer a las institucio­nes académicas. Para el consejero, el primer encuentro de ayer jueves con los rectores fue una hoja en blanco para escuchar y recoger los puntos que consideran de mayor interés. Entre ellos, los que afectan directamen­te al patrimonio humano de

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