Salarios por pagar y hasta cortes de luz: un drama universitario
Varias universidades han tenido dificultades para hacer frente al pago de las nóminas debido a la infrafinanciación
la comunidad universitaria, el personal docente e investigador y el de administración y servicios, para los que anunció un incremento salarial del 3,5 por ciento para 2023.
Antes de que finalice el año se convocará una mesa general de negociación con la vista puesta en lograr la aprobación definitiva del modelo, un reto para el que el consejero pone como fecha límite el próximo mes de mayo.
El nombre de José Carlos Gómez Villamandos siempre ha estado ligado al mundo universitario. Antes de asumir su cargo en el Consejo de Gobierno de Moreno, el catedrático de Anatomía y Anatomía Patalógica Comparada fue durante ocho años rector de la Universidad de Córdoba, además de presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). Ese es uno de los motivos por los que el presidente andaluz ha confiado en él para «pilotar» el departamento, con la negociación del modelo como primera tarea.
Su trayectoria al frente de la UCO le hace conocer de primera mano cómo se traduce la infrafinanciación en el día a día de la gestión universitaria. Hasta el punto de que él mismo tuvo que lidiar con uno de los principales efectos de la infrafinanciación: las dificultades para pagar a los trabajadores.
«Nosotros pagamos las nóminas los dos primeros años gracias al dinero que nos transfirieron otras universidades», reconoce a ABC. Las universidades de Córdoba y Granada han sido -en palabras del consejero- «posiblemente las más perjudicadas por el modelo adoptado en 2007, que en principio tenía una vigencia de cuatro años pero acabó prorrogándose hasta 2016.
También la Pablo de Olavide y la de Huelva «han tenido siempre una situación complicada desde el punto de vista de la financiación por distintos motivos. En el caso de la onubense, «hubo un año en el que no pudo pagar las nóminas en diciembre y tuvo que pasarlas a enero porque no le llegó la financiación adecuada», cuenta Gómez Villamandos, que aunque asume la importancia del actual debate sobre el modelo, recuerda que se vivieron «auténticos momentos dramáticos dentro de las universidades andaluzas en los últimos momentos de la época socialista».
«Puede sonar anecdótico, pero es significativo. A la Universidad de Granada le cortó la luz Endesa por falta de financiación y no había una crisis económica como la que tenemos ahora», apunta, «puedo asegurar que durante esta legislatura -igual que en la anterior-, a ninguna le van a cortar la luz, ni ningún otro suministro porque estaremos atentos a que no pasen situaciones como esa».
Era un impacto ligado en parte a la deuda millonaria que la Junta de Andalucía acumulaba con las universidades públicas; 200 millones cuando Moreno asumió al Gobierno que ya se han saldado, permitiendo a las instituciones académicas no tener que asumir determinados gastos con las reservas destinadas para inversiones y otros fines.
Córdoba y Granada han sido las instituciones universitarias más perjudicadas por el modelo de 2007