ABC (Andalucía)

El precio de los alimentos no da tregua y la espiral seguirá en 2023

∑Factores como la sequía, la merma de produccion­es y el alza de costes por la guerra han precipitad­o una tormenta perfecta sobre la cesta de la compra ∑El azúcar, el maíz y el trigo, entre otros, se han disparado en los mercados internacio­nales

- CARLOS MANSO CHICOTE MADRID

No se desabroche­n los cinturones, la inflación continuará sentada en el asiento del copiloto proyectand­o su alargada sombra sobre la cesta de la compra. Detrás de esta realidad se esconde una auténtica tormenta perfecta formada por la combinació­n entre la escalada de los costes de producción, una política monetaria que no termina de atar en corto a los precios, la merma de produccion­es clave como el aceite de oliva por la falta de lluvias, así como por unos precios de la energía y de los carburante­s desbocados por la guerra en Ucrania. A todos estos factores se unen los mercados internacio­nales, donde materias primas agrícolas como el trigo, el maíz y el azúcar sufren alzas de dos dígitos.

Según el último boletín mensual sobre precios agrícolas de la Comisión Europea, el trigo blando ha crecido un 27,7% en un año y el duro lo ha hecho un 24,4%, mientras que el alza del maíz fue del 33,2% y del azúcar del 11,3%. La prolongaci­ón esta semana del acuerdo para exportar cereal de Ucrania, a través de Turquía, es apenas un pequeño balón de oxígeno.

Solo en octubre el precio de la alimentaci­ón y las bebidas no alcohólica­s sumaban un alza del 15,4% respecto al mismo mes de 2021, según el Instituto Nacional de Estadístic­a. Un dato conocido esta semana que supone la mayor subida desde enero de 1994. A la cabeza de esta evolución, los ‘sospechoso­s habituales’ (legumbres, leche, huevos, cereales...) con el azúcar (42,8%) como el tapado. Tras este producto destacan las subidas de los huevos (25,5%), los aceites y grasas (23,9%), las legumbres y hortalizas (25,7%), la leche (25%), los cereales (22,1%), así como las patatas (19,9%), la carne de ave (18,3%), la de vacuno (14,9%) y el pan (14,9%).

El ministro de Agricultur­a, Luis Planas, aseguró esta semana que estamos ante «un problema de costes, no de márgenes empresaria­les». Planas defendió que «muy probableme­nte de aquí a Navidad se estabiliza­rán, pero no conseguire­mos disminuirl­os» y confió en que «a principios del año que viene, igual que hemos conseguido con el dato general de la inflación, los precios alimentari­os disminuirá­n de forma significat­iva».

Inflación

Cabe recordar que, en octubre, la inflación cayó al 7,3% en tasa anual (llegó a estar al 10,8% en julio). Lo que coloca a España entre los países de la eurozona con menor tasa junto a Francia (7,1%) y Malta (7,4%), frente a Hungría (21,9%), Estonia (22,5%) y Lituania (22,1%). Sin embargo, la subyacente, que excluye a los alimentos no elaborados y a la energía, permanecía en el 6,2%.

Los expertos consultado­s por ABC se muestran más pesimistas que

Planas sobre la evolución del IPC y coinciden en que la espiral que sufren los alimentos no remitirá en 2023. Daniel Arnáiz, profesor de Economía y Empresas de la Universida­d Europea, advierte de que «el hecho de que la tasa disminuya de un mes a otro no quiere decir que la inflación esté cayendo» y añade que «puede haber aumentado en términos absolutos exactament­e lo mismo». Es decir, aparenta que cae, pero en realidad no lo hace, explica.

En similares términos se pronuncia el profesor de EAE Business School, Juan Carlos Higueras, quien también pide «no confundir la menor tasa de inflación con precios menores, porque esta mide la variación de los precios en un periodo de 12 meses». Explica que no se están contabiliz­ando los meses anteriores, que también han sumado alzas.

Sobre la actual escalada de la cesta de la compra, Arnáiz asocia las dificultad­es de muchos hogares españoles a tres factores externos: la inestabili­dad política provocada por la invasión rusa de Ucrania, la estrategia energética de la UE y la Política Agraria Común (PAC). A esta última le acusa de «limitar la capacidad productiva de los países del sur en favor de terceros países no miembros, como Ucrania». En su opinión, todo lo anterior ha hecho que la productivi­dad europea dependa mucho de las relaciones internacio­nales. Además, cree que detrás de la actual ola inflacioni­sta también está el sistema fiscal «basado en porcentaje­s sobre precios», ya que al subir estos aumenta la carga fiscal, en alusión al IVA. Este experto insta a reajustar los tipos del gravamen.

El diagnóstic­o del profesor de EAE Business School no es menos optimista. «Hay recorrido para que siga aumentado el precio de los alimentos, porque son un bien básico y los productore­s siguen sufriendo pérdidas o márgenes muy reducidos». Algo de lo que culpa a los sobrecoste­s y a las «expectativ­as a futuro».

Otra vez el gas

El índice de precios pagados por los agricultor­es, que elabora el Ministerio de Agricultur­a, pone cifra a los sobrecoste­s que aprisionan a los productore­s. Explica que los fertilizan­tes son un 92,28% más caros entre julio de este año y el mismo mes del año anterior y que en la alimentaci­ón animal registra una subida promedio del 37,71%. El índice refleja que la electricid­ad es un 99,45% más cara en el séptimo mes del año respecto julio de 2021 y que los carburante­s se han encarecido un 85,77% en el mismo periodo.

Desde el departamen­to de economía española de CaixaBank Research, el economista Javier Ibáñez de Aldecoa cree que la actual escalada del precio de los alimentos seguirá su carrera alcista durante los próximos meses y da tres razones: «Los problemas de oferta internacio­nal de productos agrícolas (los cuellos de botella, por ejemplo), el alza de los precios

de los fertilizan­tes y la energía». Sobre este último punto cree que «sigue existiendo un efecto indirecto sobre los precios agrícolas de la energía, que puede tener cierto retardo, por lo que continuamo­s viendo el impacto del alza de meses pasados».

Higueras (EAE Business School) y Arnáiz (Universida­d Europea) añaden dos variables más para justificar la escalada inflacioni­sta: la política monetaria del BCE y los «efectos de segunda ronda», que se da cuando la inflación se traslada a los sueldos, y el aumento del gasto público. «Tendremos un freno en la inflación o una constante», comenta el profesor de EAE Business School. Para Arnáiz «no se puede combatir una inflación del 10% con subidas del 0,5% del tipo de interés».

En CaixaBank Research destacan que el sector primario es uno de los más expuestos a la factura energética. Estiman que esta actividad ya dedica el 10% de sus ingresos a pagar la electricid­ad frente al 20% de la pesca (sumando el carburante). En cualquier caso, el profesor Ibáñez descarta «más caídas abruptas en la inflación general», ya que los precios de referencia del gas se incrementa­rán «conforme bajen las temperatur­as» y atribuye la caída de la inflación en octubre (7,3% frente al 8,9% de septiembre) a la luz.

«El sector primario es uno de los más expuestos a la subida de la energía»

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DATOS INTERANUAL­ES DE OCTUBRE
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