ABC (Andalucía)

Trump vuelve a tener cuenta en Twitter aunque dice que no la usará

Según el dueño de la red social, fue una decisión del pueblo tras una votación

- D. ALANDETE LOS ÁNGELES

En menos de un mes, el nuevo dueño de Twitter, Elon Musk, ha reactivado la cuenta de Donald Trump, después de casi dos años de suspensión por el papel de este último en la insurrecci­ón que llevó al saqueo del Capitolio durante la certificac­ión de la victoria de Joe Biden en las últimas presidenci­ales. «El pueblo ha hablado. Trump será restituido. Vox Populi, Vox Dei», dijo Musk en la red social, haciendo referencia a una votación que culminó minutos antes de que la cuenta @realdonald­trump volviera a estar activa.

El viernes Musk publicó la encuesta entre los usuarios de la red social sobre si Trump debería ser reinstaura­do. Un 58% de 14 millones de votantes optaron por el ‹sí›. Fue un cambio de estrategia notable. Tras hacerse con el control de Twitter, y para calmar a los anunciante­s, Musk había dicho que no tomaría ninguna «decisión de contenido importante o reinstalac­ión de cuentas» antes de convocar un «consejo de moderación de contenido con puntos de vista muy diversos». Finalmente optó por acelerar la reactivaci­ón. Al cierre de esta edición, Trump guardaba silencio en Twitter. Su último mensaje, del 8 de enero de 2021, anunciaba que no iría a la jura del cargo de Biden.

Hasta la adquisició­n por parte de Musk, con un desembolso de 44.000 millones de dólares (una cantidad similar en euros), Twitter aplicó de forma irregular sus propias reglas de uso. Por ejemplo, nunca dejaron de tener presencia en la red social dictadores como Nicolás Maduro o el ayatolá Alí Jamenei. Tras la insurrecci­ón fallida del 6 de enero de 2021, varias plataforma­s digitales expulsaron a Trump. Entre ellas, además de Twitter, están Facebook, Instagram, YouTube, Snapchat y Twitch. Trump fundó su propia red social, que bautizó como Truth Social, y que es marginal en cuota de mercado.

Trump de hecho tiene un acuerdo con Truth Social para publicar primero allí y abstenerse de publicar el mismo mensaje en cualquier otra red social durante seis horas, con la excepción de mensajes de corte político, petición del voto o recaudació­n de fondos. Durante su campaña electoral y su presidenci­a, de 2016 a 2021, Trump empleó Twitter, donde amasó casi 90 millones de seguidores, como su principal herramient­a de comunicaci­ón.

Hizo anuncios oficiales, profirió amenazas a adversario­s y hasta despidió a altos cargos a golpe de ‹tuit›. Al reactivar la cuenta en la noche de este 19 de noviembre, el perfil carecía de seguidores, aunque fue sumando millones hasta superar los 86 millones.

La semana pasada, Trump anunció su tercera campaña a las primarias presidenci­ales, tras las de 2016 y 2020. Lo ha hecho después de que un considerab­le número de los candidatos que propuso para las pasadas elecciones legislativ­as perdieran frente a los demócratas en estados clave como Arizona, Pensilvani­a, Michigan o Georgia.

Musk, por su parte, ha tenido un inicio turbulento al frente de Twitter. Despidió a la mitad de la plantilla y después forzó a los que se quedaron a firmar un compromiso para trabajar largas horas bajo «gran presión». Entre despidos y dimisiones, el grueso de los equipos de moderación de contenido se han esfumado.

Otros ‘perdonados’

El jueves, Musk pidió a los ingenieros que quedan en la empresa se personaran en San Francisco, para preparar la red social ante el mundial de Qatar, que comenzó ayer. Por su parte, el nuevo dueño de Twitter ha dicho que permitirá en esta red social todo el contenido que entre dentro de los márgenes de la ley, pero aquel que sea pernicioso será degradado por los algoritmos, sin más. Antes de reinstaura­r a Trump, Musk devolvió el acceso a la plataforma a otros perfiles antes expulsados, como el autor de derechas Jordan Peterson, la comediante de izquierdas Kathy Griffin y el medio satírico ‘The Babylon Bee’.

En la plataforma Truth Social, Trump mantiene falsas denuncias de fraude electoral y ha defendido tesis cercanas a una teoría de la conspiraci­ón llamada QAnon, que defiende que el mundo está controlado por una secta de pederastas y promueve opiniones antisemita­s. Musk no está solo en esta decisión. Facebook ha dicho también que está consideran­do si levantar su propia suspensión del expresiden­te cuando esta expire en enero de 2023. Y YouTube ha dicho que permitirá que Trump vuelva a publicar vídeos «cuando el

nuestras ciudades, pero ahora tememos una venganza rusa y que empiecen a castigar la ciudad desde la otra orilla. Hay que estar preparados». El rugido de la batería es constante en el cielo de esta ciudad donde nadie olvida que el 70 por ciento de territorio de la provincia sigue bajo dominio ruso.

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// AFP Intervenci­ón virtual de Trump en un foro judío en Las Vegas

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