Fin del adanismo digital
En FTX nunca se reunió el consejo y los gastos de trabajo se pasaban por chat y eran aprobados con emojis
«Yo, John J. Ray III, declaro bajo pena de perjurio lo siguiente: (…) Desde mi nombramiento (como representante de los acreeedores de FTX), he trabajado día y noche con equipos de profesionales ... y una empresa de ciberseguridad confidencial para proteger los activos de mis representados donde quiera que estén para identificar libros y registros confiables, reunir la información para dar a este tribunal, y para responder a los reguladores y autoridades».
«Tengo más de 40 años de experiencia legal y de reestructuración. He sido responsable de la reorganización concursal en varias de las mayores quiebras corporativas de la historia reciente. He supervisado casos con denuncias de actividad delictiva y malversación (Enron). He supervisado casos que involucraban estructuras financieras novedosas (Enron y Residential Capital) y recuperación y maximización de activos transfronterizos (Nortel y Overseas Shipholding). Casi todas las situaciones en las que he estado involucrado se han caracterizado por defectos de algún tipo en los controles internos, cumplimiento normativo, recursos humanos y sistemas de integridad».
«Nunca en mi carrera había visto una falla tan completa de los controles corporativos y una ausencia de información financiera fidedigna como la que aquí se produjo. Desde la integridad de los sistemas rota y la defectuosa supervisión regulatoria en el exterior, hasta la concentración de control en manos de un grupo muy pequeño de individuos inexpertos, poco preparados y potencialmente incapaces, esta situación no tiene precedentes».
El informe de John Ray III es escandaloso. Los empleados de FTX pasaban los gastos de trabajo por