Cargos del PSOE piden indultar ya a Griñán sin rebajar la malversación
∑Dudas en la izquierda sobre el alcance de la reforma: si es muy limitada podría excluir al expresidente andaluz
al partido, porque en ningún momento se descarta la posibilidad de acometer la reforma.
Las dudas sobre Griñán
No son pocos los dirigentes y cuadros consultados que se inclinan por aparcar ese debate y, por contra, proceder a conceder un indulto al expresidente andaluz José Antonio Griñán. Su entrada en prisión es inminente y en el PSOE son mayoría quienes defienden su «honorabilidad». El Gobierno tendrá encima de la mesa una petición de indulto, aunque no será inmediato. Pero dirigentes socialistas creen poder manejar con mayor solvencia en su electorado una decisión «particular» sobre Griñán y no una reforma que en la ciudadanía se vincula estrechamente con la corrupción.
No en vano, esa petición de indulto que partió de la familia de Griñán va acompañada de millares de firmas, entre las que destacan las de Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Josep Borrell o Susana Díaz. En el PSOE creen que sería una decisión que podría amortiguarse en su electorado. «Si no hay que hacer la malversación, que no se haga, y a Griñán se le puede indultar, que no habría ningún problema», reflexiona un dirigente. «El partido no tendría ningún problema con un indulto a Griñán que iría en línea con lo que nosotros estamos defendiendo que fueron los ERE», explica un dirigente. «Si uno de los objetivos de tocar la malversación es ayudar a Griñán, desde luego un indulto sería más práctico y menos lesivo», señalan desde un Ejecutivo autonómico. No obstante, en el partido son conscien
En la coalición creen que el caso de los ERE podía quedar fuera porque sí hubo enriquecimiento indirecto y de terceros
El pleno del Congreso tomará hoy en consideración la supresión de la sedición y se abrirá el momento de las enmiendas
tes de que, si Sánchez ha evitado cerrar el debate, es por las implicaciones que el mismo tiene para ERC. Aunque en las últimas horas se trasladó la idea de que el asunto se enfriaba incluso por parte de sus principales impulsores, fuentes de la coalición de Gobierno creen que «ERC no se ha echado atrás», pero que es fundamental que pase el debate de mañana.
Los dirigentes socialistas que abogan por indultar a Griñán tienen en cuenta dos cosas. Primero, que no hay certezas de que la malversación salga adelante porque en el bloque presupuestario que se aglutina en torno al PSOE no puede darse por sentado que vayan a mantenerse todos los apoyos. En el entorno de Yolanda Díaz se han mostrado reticencias desde el principio con una reforma cuyo principal impulsor, además de ERC, era Jaume Asens, presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados. En el PNV y en Bildu tampoco han manifestado un gran entusiasmo al respecto.
De entrada, con una reforma de la malversación que diferenciara la ausencia de enriquecimiento personal, el también expresidente del PSOE se vería beneficiado en principio del mismo modo que los cabecillas del proceso independentista. Una equiparación que desagrada en esferas del socialismo andaluz. Pero esa era la primera hipótesis. Algo que se está enfriando. Cunde en ERC y UP la sensación de que habrá que hilar muy fino para que una reforma «tan delicada» no espante a algunas formaciones clave, incluido al PSOE, que es imprescindible.
Y esa es la segunda clave que aleja la posibilidad de la reforma o al menos limita un eventual alcance a Griñán. Fuentes conocedoras del debate que se produce en la izquierda en torno a la malversación expresan dudas sobre si Griñán podría verse finalmente afectado por una reforma que quiere hacerse de manera muy quirúrgica para que no sea generalizada: «En su caso puede haber beneficio indirecto y a terceras personas, y en principio eso no se tocaría», explican. El futuro de Griñán, por tanto, empieza a depender más de la decisión discrecional de Sánchez vía indulto.
En las últimas semanas el Gobierno ha bajado las expectativas al respecto diciendo que actuará conforme al procedimiento. Pero en verano Sánchez fue mucho más explícito y tejió una argumentación que no podía sino preparar el terreno para esa decisión. «Están pagando justos por pecadores», dijo en julio el presidente. El PSOE se aferraba entonces a la existencia de dos votos particulares. Sánchez puso en valor que dimitieron de sus cargos políticos y que «no hubo enriquecimiento personal ni financiación de partidos». Insistiendo en que nunca fueron acusados de llevarse «ni un céntimo».