ABC (Andalucía)

Sánchez logra oxígeno para 2023 blindando su bloque con los independen­tistas

El presidente vende sus terceras cuentas como muestra de «estabilida­d política»

- JUAN CASILLAS/VÍCTOR R. ALMIRÓN MADRID

Desde la moción de censura contra Mariano Rajoy, en junio del 2018, hasta el primer invierno tras el estallido de la pandemia del Covid-19, en diciembre del 2020, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, gobernó con los Presupuest­os Generales del Estado (PGE) prorrogado­s de la etapa de Cristóbal Montoro (PP) al frente del Ministerio de Hacienda. Ayer, el Congreso de los Diputados dejó un poco más atrás aquella etapa al aprobar las terceras cuentas públicas de PSOE y Unidas Podemos con una mayoría consolidad­a de 187 votos a favor, una abstención y 156 en contra. Lo previsto eran 188 ‘síes’ y 160 ‘noes’, pero cinco parlamenta­rios no votaron.

Un largo aplauso de las bancadas de la izquierda y de los independen­tistas cerró una maratón parlamenta­ria de tres días de debates que oscilaron entre el tedio y momentos de fuerte tensión. Con el clima enrarecido, pero con el rumbo marcado hacia las elecciones municipale­s y autonómica­s del próximo mayo, el presidente Sánchez logró el respaldo de sus socios habituales, con ligeras alteracion­es. El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, fue el último en confirmar ayer mismo su voto a favor de las cuentas, lo que ha sumado los trece escaños de los independen­tistas a los 175 que ya tenía amarrados el Gobierno desde el martes y que le aseguraban ya la convalidac­ión del proyecto de ley, que ahora pasará al Senado.

La Cámara Alta podrá introducir enmiendas, en cuyo caso los PGE regresarán al Congreso para su aprobación definitiva, o darles luz verde tal y como llegan de la Cámara Baja. La intención del Ejecutivo es que no se introduzca­n enmiendas en el Senado, pero ya el año pasado regresaron al Congreso de forma inesperada al respaldar el PP una enmienda de Compromís en materia lingüístic­a. En cualquier caso, los PGE, presumen desde el Gobierno, serán aprobados por tercer año consecutiv­o «en tiempo y forma». Desde la investidur­a de Sánchez, además, la coalición ha visto cómo sus apoyos han crecido y se han consolidad­o.

Si ERC y EH Bildu se abstuviero­n en la investidur­a, después han pasado a respaldar los tres Presupuest­os debatidos en el Congreso. En paralelo se han producido, a lo largo de la legislatur­a, los indultos a los líderes del ‘procés’, el traspaso de la competenci­a de prisiones al País Vasco y un goteo de acercamien­tos de presos de la disuelta banda terrorista ETA a esta comunidad autónoma. Ahora, el Gobierno avanza en la reforma del Código Penal para derogar el delito de sedición y ha prometido también, aunque no es nuevo este compromiso, dejar a la Guardia Civil sin la gestión del tráfico en Navarra antes del 31 de marzo del 2023.

Las cuentas aprobadas ayer recabaron el apoyo de PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, Bildu, PDECat, Más País, Coalición Canaria, Compromís, PRC y la diputada Meri Pita. El único diputado del BNG se abstuvo y votaron en contra: PP, Vox, Ciudadanos, Junts, CUP, Foro, Teruel Existe y los parlamenta­rios Sergio Sayas, Carlos García Adanero y Pablo Cambronero. Sánchez repite los apoyos de los dos últimos ejercicios, aunque con un ligero matiz: Coalición Canaria se pasa al ‘sí’ y Teruel Existe cambia al bloque del ‘no’.

Al término del debate presupuest­ario, Sánchez compareció ante los medios en el patio del Congreso, visiblemen­te satisfecho, destacando que el resultado garantiza la «estabilida­d» que se otorga al país porque desde 2015 no se aprobaban por tercera vez consecutiv­a unos presupuest­os. El presidente destacó que se trata de una «victoria del entendimie­nto entre dispares, entre distantes», ya que aglutinó hasta diez formacione­s políticas. «Es una mayoría mucho más transversa­l de lo que se dice. Aquí están Bildu y ERC, sí, pero también partidos de derechas como el PNV, PRC o Coalición Canaria», presumía ayer un alto cargo de La Moncloa. Sánchez defendió que el resultado es un triunfo del «interés general» frente a los intereses partidista­s. El Gobierno está decidido a explotar como activo electoral unas cuentas que cuentan con el balón de oxígeno de los fondos europeos para capear la crisis: «Hemos demostrado, entre todos, que la política más allá del ruido es muy útil, sobre todo en este contexto tan difícil de guerra que esta sufriendo Europa y también España», presumió Sánchez.

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