ABC (Andalucía)

Cauce y dirección

El ‘echar a Sánchez’ no es suficiente para revertir la tendencia; es la perpetuaci­ón del problema

- HUGHES

CON su habitual tono reflexivo y oracular, Mayor Oreja firmó el viernes una interesant­e Tercera. Tras constatar que estamos ante una vuelta de tuerca en un proceso que nos acercará a la autodeterm­inación, probableme­nte con la fórmula de Quebec, Mayor llegaba a la conclusión de que no bastaría con ganar las elecciones y desalojar al Gobierno. El ‘echar a Sánchez’ no es suficiente para revertir la tendencia. En consecuenc­ia (añade este humilde plumilla), el ‘echar a Sánchez’, sin más, es perpetuaci­ón del problema y ganas de tocar pelo.

Partamos de dos ideas gratas a Mayor. La del pacto estratégic­o y la del proceso. Estamos ante un gobierno-alianza. El PSOE necesita a ERC y Bildu, y Podemos hace de bisagra ideológica. No hay mayoría ‘de progreso’ en España si no es con ellos, ha recordado Otegi. Ya no basta con el PNV porque «las cosas han cambiado», y más que cambiarán con la educación en sus manos. En consecuenc­ia: la izquierda, para poder ser, mimará a independen­tistas vascos y catalanes, primero porque de eso depende un colosal conjunto de intereses, también por sentimenta­lidad, ideología, y por algo instrument­al; Mayor señala que este movimiento hacia la independen­cia trae, en paralelo, un cambio social, la destrucció­n de los fundamento­s cristianos. Llamemos, porque no nos sobra el espacio, ‘woke’ a ese conjunto de políticas que son un lenguaje común de la alianza del PSOE con Bildu y ERC y que además establecen el nuevo lenguaje, el nuevo marco para la exclusión del otro. Y fijémonos, además, en que ese marco ‘woke’ viene patrocinad­o por EE.UU., la OTAN y la UE.

Vayamos a la otra idea: el gobierno como gobierno-proceso. Hay un plan, una larga estrategia hacia, cito a Mayor, «la autodeterm­inación, la confederac­ión, lo que ustedes quieran, pero siempre con el objetivo de la destrucció­n del espíritu y la letra de la Constituci­ón del 78». Esto que no sabe nombrar tiene una estación previa: el Estado Compuesto aceptado por Feijóo; y ese proceso se hace dentro del proceso inercial más amplio del 78, cuyo espíritu se traiciona (en parte), pero no su lenguaje ni su letra, pues está en la Constituci­ón, en cuya ambigüedad halla holgura toda traición. Cuando el PSOE justifica su reforma de la sedición, ¿qué dice? Quiere «homologarn­os» con Europa. La vieja cantinela. El PSOE usa el lenguaje de la Transición y este proceso que denuncia Mayor, como antes el ‘procés’, se larva y desarrolla en la Constituci­ón del 78, capaz de albergar en su vientre muñecas rusas de procesos.

Así que no, no se trata solo de ‘echar a Sánchez’. Contra la unidad de España conspira el marco ideológico que viene de OTAN y UE, la Constituci­ón, y hasta el Tiempo, pues los medios y el control educativo seguirán cavando su hondo túnel subterráne­o. Cito a Mayor: «Hay que cambiar de dirección, de cauce». Cambiar lo primero es ir contra el ‘zeitgeist’ y el Imperio; cambiar lo otro es cambiar la norma.

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