¿Cómo quieres pasar a la Historia?
Me quema la impaciencia para lanzar la pregunta y que la conteste Alberto Núñez Feijóo
LLEVO toda la semana exultante periodísticamente hablando. Desde que el presidente Sánchez dijo eso de «una de las cosas por las que pasaré a la historia...» he visto la luz. Mi revelación es del estilo ‘paren las rotativas... de los manuales del periodismo’. Estoy deseando hacer la próxima entrevista a un político. Desde la afirmación del socialista ya sabemos cuál es la pregunta definitiva, con la que se puede llegar hasta la piedra Rosetta de su forma de gobernar, la única cuestión que le plantearías a cualquier líder si solo te dejaran hacerle una: ¿Cómo le gustaría pasar a la historia?
Pedro Sánchez la respondió sin ser preguntado en un ejercicio de desnudez del ego, no sé si controlado o incontrolado, pero desde luego sincerísimo. Basta con fijarse en su lenguaje no verbal. Dijo lo de la exhumación de Franco y le invadió un no sé qué facial tan exultante que si el espectador recala en su sonrisa reconoce a un político satisfecho con lo dicho, que ha dado una respuesta profunda, verdadera. La respuesta que te define. Justo la que busca siempre el periodista.
A partir de ahora, empezaré por ahí. Me quema la impaciencia para lanzar la pregunta y que la conteste Alberto Núñez Feijóo, dándonos así pistas sobre su posible plan. Si la responde Yolanda Díaz podríamos saber de qué va de verdad ‘Sumar’. Cuánta información sobre el comportamiento político nos darán esas respuestas. Son las verdaderas líneas rojas de pactos y negociaciones presentes y futuras. También nos servirían para entender trayectorias a toro pasado. Ahí deberían contestarla, en pretérito y con calma, Albert Rivera, Pablo Casado y Pablo Iglesias.
Convendrán conmigo en que habría que decretar la pregunta obligatoria en los próximos debates para conocer el verdadero objeto de deseo de cada candidato. El poder, el dinero... no son nada ante la voluntad clara de pasar a la historia por algo, de sentir la gloria. Es el auténtico precio del político. El que sí está dispuesto a pagar o a no pagar. En la película ‘Diplomacia’ se recoge la historia del gobernador militar alemán al que Hitler ordenó en el verano de 1944 que hiciera arder París, de la Torre Eiffel al Louvre. El hábil cónsul sueco Raoul Nordling conseguirá que no lo haga, que desobedezca, apelando a sus convicciones más profundas al preguntarle ¿cómo quiere ser recordado por la Historia? La cuestión va directa al tú auténtico.
Sabemos que Sánchez también se lo plantea y que ha cumplido al menos uno de sus sueños, porque, como bien destaca el maestro Ignacio Camacho, el presidente ha dicho «una de las cosas por las que pasaré a la Historia». Hay más. Así que, parece obligatorio preguntarle al presidente cuáles son las otras. Es clave saber si, como con Franco, las ha cumplido ya. Así, a lo mejor sabemos a qué atenernos durante los próximos meses.