Rufián desenmascara a Sánchez: presionó con los PGE para derogar la sedición
El partido reconoce que se negocia la «malversación», pero pide «discreción»
importa lo que diga la sociedad catalana y la sociedad española.
–¿Qué garantías tienen de que lo que pasó hace cinco años no vuelva a suceder?
–Si alguien repite una conducta o un planteamiento unilateral que vulnerara el ordenamiento jurídico se vería con el 155 de la Constitución y las conductas tipificadas en el Código Penal. Me parece que a nadie se le va a pasar esto por la cabeza, pero si lo hicieran hay mecanismos y algunos de ellos, desgraciadamente, se tuvieron que usar. Los socialistas estaremos donde estuvimos ya en 2017.
–¿Cree que la eliminación de la sedición puede haber arruinado o puesto en cuestión la imagen de un PSC capaz de aglutinar el voto en contra del independentismo?
–Ni los datos ni la percepción que tengo indican eso. Creo que los ciudadanos valoran la política seria, útil, respetuosa y creíble. Y esto es lo que está haciendo el PSC. Mis compañeros que se presentan en la cita de mayo están muy ilusionados. Eso sí, anteponemos los intereses generales a los intereses de partido.
–Preguntado de otra forma, ¿tiene la sensación de que con la reforma del Código Penal los intereses del PSOE han pasado por delante de la estrategia del PSC?
–No, en absoluto. Lo que se ha hecho es algo compartido, muy hablado, muy reflexionado. Son estrategias coincidentes y están dando un buen resultado.
–¿Qué le parecen las recientes palabras del presidente Javier Lambán?
–Las matizó. Él mismo ha reafirmado su lealtad al proyecto colectivo del PSOE y, específicamente, al secretario general. Me quedo con esto.
–¿Cree que hay que reformar la ‘ley del solo sí es sí’?
–La ley mejora mucho y amplía la protección de las mujeres. Hay que esperar a que el Tribunal Supremo fije jurisprudencia.
–¿Qué le parece el tono político en el Congreso?
–Soy muy partidario de que el lenguaje político sea comedido, respetuoso, y esto no quiere decir que no pueda ser contundente cuando sea necesario, e incluso ingenioso si uno es capaz. No me gusta el lenguaje cargado de agresividad e incluso de violencia verbal. Y mucho menos en la sede de la soberanía nacional o en los parlamentos autonómicos. Venga de donde venga.
–¿No cree que se ha hecho algo mal en la frontera con Melilla y el ministro debería dimitir o asumir responsabilidades políticas?
–No. Hay que lamentar lo que ocurrió y la pérdida de vidas humanas. Hay que reprobar y condenar a los que trafican con la miseria humana, son mafias. Hay que trabajar para intentar evitar que esto ocurra con políticas de la Unión Europea. El ministro Grande-Marlaska ha dado explicaciones y me remito a ellas.
Que la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) entre el PSOE y ERC estuvo marcada por la reforma de la sedición era una evidencia política que, con matices, ambos partidos han venido negando. Finalmente, ayer el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, reconoció que su partido utilizó el voto al proyecto de PGE de 2023 como «palanca de fuerza» para forzar al Gobierno de coalición a eliminar el delito de sedición por el que fueron condenados los líderes del ‘procés’ independentista catalán.
«Desgraciadamente muchas veces tenemos que utilizar palancas de fuerza para que el PSOE se mueva, incluso en compromisos que, de hecho, son suyos», explicó Rufián en declaraciones a RNE recogidas por Ep, antes resaltar que la legislatura está llegando a su término y este compromiso continuaba sin cumplirse. Esa proposición de ley del PSOE y Unidas Podemos, que ya ha superado dos votaciones en el Pleno del Congreso, una de ellas a la una de la madrugada, tendrá su siguiente escala el próximo 9 de diciembre con la presentación de las enmiendas al articulado, y ahí se verá si algún grupo parlamentario apuesta por aprovechar para modificar también el delito de malversación, como también pide ERC.
El portavoz de ERC, que inicialmente desvinculaba los presupuestos del fin de la sedición, insistió en que su formación no busca utilizar estas «palancas externas» y responsabilizó al PSOE por este extremo. «Si esto es así es porque son las maneras, las formas y los tiempos del PSOE», apuntó, expresando su deseo de poder sentarse con los socialistas o el propio Gobierno, en coalición con Unidas Podemos.
«Pero es que entonces nos marean, incluso nos mienten», lamentó.
En esta línea, consideró «importante «que la eliminación de la sedición se consume antes de final de año porque los asuntos que su partido considera «buenos» han de hacerse con «celeridad». «No hay por qué alargar las cosas de manera artificial», agregó, antes de asegurar que, si bien «confían» en el PSOE, no se puede «obviar» que hay asuntos «progresistas» que le «cuestan muchísimo».
«Ser quirúrgicos»
El siguiente asunto que debe resolverse, o descartarse, es el de la malversación. Aunque hace pocas semanas se daba por descontado que a la sedición le seguiría la malversación, la reacción negativa de una parte del PSOE, pero también de Podemos, reacios ambos partidos a una modificación del Código Penal que pudiese leerse como una amnistía de facto a la corrupción política, pareció que frenaba el proyecto. Ayer Rufián reconoció dificultades al respecto, pero en ningún caso que la reforma se haya descartado.
En referencia a la posibilidad de introducir enmiendas al respecto, Rufián insistió en ser «discretos» con la negociación, al tiempo que reconoció que es «complicadísimo» alcanzar un «equilibrio» para que no termine beneficiando a los condenados por corrupción. «Hay que ser quirúrgico», precisó. De forma paralela, abogó por que el Código Penal no se utilice «como un juguete» en manos de un juez «con unos intereses ideológicos determinados».
Fue durante la tercera reunión de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat cuando, entre otras medidas como el blindaje de la inmersión lingüística en la escuela, ambos ejecutivos se comprometieron a emprender reformas legales que contribuyesen a avanzar en la «desjudicialización» del conflicto en Cataluña. El acuerdo de la mesa fijaba final de año como plazo máximo, un compromiso, PGE mediante, finalmente cumplido.
Al inicio de la legislatura, Meritxell Batet decidió que presidiría el Congreso de los Diputados con flexibilidad y voluntad integradora. Con un discurso a caballo entre dar al PP una lección de democracia y justificar por qué los independentistas podían acatar la Constitución desvirtuando el propio juramento, la política barcelonesa defendió que reforzar los derechos fundamentales de los diputados suponía «reforzar» la democracia.
Bajo esta premisa, Batet ha primado la libertad de expresión de los parlamentarios por encima del mantenimiento del orden en los debates, aunque esto último forma parte de sus funciones y responsabilidades como presidenta de la cámara, y pese a que demasiadas veces lo que se oía dentro del pleno tenía más de lenguaje ofensivo que de derecho fundamental. Mucho tenía que desbarrar un debate para que Batet o el vicepresidente primero, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (PSOE), utilizaran alguna de las muchas herramientas que el Reglamento del Congreso otorga a la presidencia para dirigir el hemiciclo.
Fácil de prever
Al cobijo de que una aplicación estricta del Reglamento equivale a una conducta rígida y excluyente, han escaseado las llamadas al orden e incluso las simples llamadas a la cuestión por parte de la presidencia durante los tres años que van de legislatura. Y ello con el agravante de que también demasiadas veces ha existido una doble vara o una ausencia de criterio que ha favorecido a quienes apoyan parlamentariamente a Pedro Sánchez.
Orden en los debates
«El Presidente del Congreso ostenta la representación de la Cámara, asegura la buena marcha de los trabajos, dirige los debates, mantiene el orden de los mismos y ordena los pagos». (Artículo 32)
Llamadas a la cuestión
«Los oradores serán llamados a la cuestión siempre que estuvieren fuera de ella, ya por digresiones extrañas al punto de que se trate, ya por volver sobre lo que estuviere discutido o votado». (Artículo 102)
Llamadas al orden
«Los diputados y los oradores serán llamados al orden cuando profirieren palabras o vertieren conceptos ofensivos al decoro de la Cámara o de sus miembros, de las Instituciones del Estado o de cualquiera otra persona o entidad, cuando faltaren a lo establecido para la buena marcha de las deliberaciones, o cuando de cualquier forma alteren el orden de las sesiones». (Artículo 103)
Obligar a cumplir
«Corresponde al Presidente cumplir y hacer cumplir el Reglamento». (Artículo 32).