∑El central de Osasuna afronta con ganas su posible debut en la selección después de convertirse en una de las sorpresas de la lista de De la Fuente
y quiere que estemos juntitos, sólidos y fuertes.
—Nunca había estado en Las Rozas con las categorías inferiores. Ni siquiera tenía esa referencia...
—Eso es. Es una novedad muy grande para mí y la quiero disfrutar y aprovechar al máximo.
—¿Cómo recibió la noticia?
—Estaba entrenando y entramos al vestuario para seguir el anuncio de la convocatoria. Fue muy emocionante vivirlo con mis compañeros de Osasuna. Al salir mi nombre empezaron a gritar, a felicitarme y a abrazarme. Lo viví con mucho orgullo porque lo considero un premio al trabajo de muchísimos años.
—Y en estos pocos días, ¿quién le ha sorprendido como compañero?
—Sorprenderme, ninguno. Ya los conocía a todos de enfrentarme en el campo. Pero cuando llegas aquí y entrenas con ellos sí te das cuenta de que el balón se mueve a otra velocidad, el juego tiene otro ritmo.
—Llega con 29 años, una edad atípica. ¿Mantenía la esperanza o ya ni pensaba en ello?
—Hace cosa de tres años, en una boda con mi representante, me preguntó por mi siguiente objetivo y ahí ya le dije que lo que más quería era jugar con la selección española. Hoy al menos estoy en una convocatoria. Casi se ha cumplido. Ojalá pueda debutar.
—Su nombre ya sonó como internacional con Luis Enrique en el banquillo. ¿Le llegó ese interés?
—Sí me llegaba el ruido que había alrededor de una posible llamada de la selección. Pero al final se quedó ahí. Creo que estuve cerca de haber venido antes, aparecí en alguna prelista. Pero hasta ahora nunca terminó de suceder.
—Para muchos aficionados es un gran desconocido. ¿Qué jugador se van a encontrar?
—Van a descubrir a un jugador humilde que lo va a dar todo dentro del terreno de juego. Un jugador con liderazgo al que le gusta hablar y ayudar a sus compañeros. Y con capacidad de mando en el centro de la defensa.
—No se arruga...
—Esta llamada me pilla con 29 años, en un punto de madurez en el que ya no me arrugo, no. Si me pillara más jovencillo igual decía otra cosa. O igual no.
—Ese carácter lo tendrá desde pequeño, claro.
—Siempre he sido una persona muy echada p’alante en lo que se refiere al fútbol. No me arrugo con nada.
—Ya le costará andar tranquilo por las calles de Pamplona, ¿no?
—Pero es bonito que la gente se te acerque y te pida un autógrafo o una foto. Y cuando quiero pasar desapercibido me voy al monte, desconecto y me olvido de todo.
—Es de Ibero, un pueblo de apenas 300 habitantes. ¿Cómo marca eso a una persona?
—Valoro mucho de dónde he salido, dónde he pasado mi infancia y cuál es mi gente. Soy una persona muy familiar. Es el polo opuesto a mi situación actual, donde muchas de las cosas que hago o que me pasan tienen tanta repercusión. Ese contraste hace que aún lo valore más.
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Carácter
«Soy un jugador humilde que lo va a dar todo en el campo, con liderazgo y capacidad de mando en la defensa»
Mundial
«No soy quien para valorar si faltó contundencia, pero creo que tenerla es una de las claves del fútbol»
Sergio Ramos
«Es un jugador histórico que lo hizo increíble aquí durante muchos años; ahora es turno para otros»
—¿Qué hacía de pequeño? ¿A qué jugaba?
—Estaba siempre en la calle con mis primos y los amigos del pueblo. Siempre ocupados. Jugábamos al fútbol, a la pelota mano, hacíamos cabañas... Todo lo que uno se pueda imaginar y más. En el pueblo siempre estás un poco más asalvajado cuando eres crío. Sin tanto control.
—¿Y la familia?
—Es algo fundamental para mí. Les suponía un esfuerzo muy grande llegar de trabajar y tener que llevarme a entrenar. Siempre me han acompañado. En toda esta trayectoria he tenido momentos malos y han estado ahí para echarme una mano. Sin ellos, todo este tipo de cosas tan bonitas que me están pasando no serían posibles.
—Llega a la selección para ocupar una de las posiciones más señaladas de los últimos tiempos. ¿Siente la responsabilidad?
—Siempre hay que tenerla. Pero eso no está reñido con hacer las cosas bien y tener valentía para afrontar las si