Francia se convierte en el único país que blinda el aborto como derecho constitucional
► El Vaticano responde que nadie puede legitimar «quitar una vida humana»
Por todo ello, los expertos en reproducción y fertilidad han elaborado una hoja de ruta en la que proponen varias medidas para ser parte de la solución a la baja natalidad que se da en nuestro país. Entre ellas, reclaman que se impulse un plan nacional e integral que incida en la infertilidad como problema de salud pública; que estos problemas para procrear se incluyan en el sistema sanitario público a través de la detección de enfermedades que puedan afectar a la fertilidad; el aumento de recursos en la sanidad pública y la colaboración también con la privada para acabar con las listas de espera; que se faciliten los criterios de acceso a los tratamientos o que se impulsen medidas de apoyo para la conciliación, entre otras.
200.000 parejas en espera
La colaboración entre el sistema público y el privado, insistieron ayer en el Senado, es crucial para atajar esas listas de espera que, cuando se habla de mujeres en edad de quedarse embarazadas, no pueden ser de mucho tiempo. «En los centros públicos tenemos muchas veces listas de espera sangrientas», lo que provoca que cuando llega el turno de algunas mujeres ya no tienen edad para concebir, lamentaba la doctora Manau. Un dato: se estima que en España hay 200.000 parejas aguardando un tratamiento para ser padres. En este sentido, el doctor Joaquín Llácer, también experto en fertilidad, hizo hincapié en la necesidad de esa colaboración para que estos tratamientos lleguen a todos aquellos que los necesitan, sin terminar «exhaustos económica y emocionalmente».
La precariedad laboral, las dificultades para comprar una casa o la cada vez más tardía edad de emancipación también influyen en la baja natalidad. Pero a su vez, hay otros aspectos que hacen que en España haya más infértiles que antes: los problemas de peso (tanto obesidad y sobrepeso como un bajo peso), el consumo de alcohol o el tabaquismo. Por ello, los expertos creen que se debería poner el foco en formar en salud reproductiva a los más jóvenes.
La jornada contó con representación política por parte del PP (los senadores Enrique Ruiz Escudero y José Manuel Hernando) y del PSOE (los diputados Carmen Castilla y Luis Alfonso Rey), que coincidieron en la necesidad de trabajar junto a los expertos en fertilidad y reproducción para implantar políticas que ayuden a esos objetivos comunes: que España pueda presumir de datos de natalidad y que aquellos que quieran tener hijos puedan conseguirlo gracias a la ciencia.
Francia se convirtió ayer en el primer país del mundo que introduce en su Constitución el derecho al aborto. Reunidos en Congreso nacional, en el Palacio de Versalles, antigua residencia de los Reyes de Francia, 780 diputados y senadores de todas las familias políticas votaron ‘sí’, y 72 votaron ‘no’. La decisión fue aprobada por el 80% de los franceses.
A los pocos minutos de conocerse el resultado, la Torre Eiffel, uno de los símbolos nacionales, comenzó a iluminarse con reflejos especiales para «anunciar» el voto, ante una multitud que celebraba el acontecimiento.
Es la vigésimo quinta revisión de la Constitución de la V República, que puede modificarse por referéndum o a través de la reunión de las dos cámaras del Parlamento, la Asamblea Nacional y el Senado, reunidas tras sus respectivas votaciones en una sola asamblea, el Congreso nacional. Juntas, ayer confirmaron de manera solemne la histórica decisión.
El voto del Congreso estuvo precedido por un nuevo debate, que inició Gabriel Attal, primer ministro, con estas palabras: «Iniciamos una etapa fundamental que será una página histórica. Una etapa que tiene una historia y antecedentes, que comenzaron con Valery Giscard d’Estaing y Simone Veil. Francia dirige un mensaje a todas las mujeres: vuestro cuerpo os pertenece y nadie tiene el derecho a decidir por vosotras. Más allá de nuestras fronteras, comienza una nueva era de esperanza».
Las votaciones a favor se dieron desde todas las familias políticas. «A través de esta reforma constitucional, Francia confirma su vocación universal», dijo en nombre de Renacimiento, el partido de Emmanuel Macron, el diputado Sylvain Maillard. Por parte de los Republicanos (derecha tradicional), el diputado François-Noël Buffet dijo: «Esta reforma aspira a conciliar los derechos y las libertades. Nuestro grupo votará mayoritariamente la reforma; pero una parte se abstendrá y otra votará en contra».
Tras el histórico voto, seguirá un procedimiento administrativo rápido para introducir en los textos institucionales el nuevo derecho.
Queja del Vaticano
El Vaticano no escondió ayer su amargura por la decisión. La Pontificia Academia por la Vida recordó que «en la era de los derechos humanos universales, no puede existir el ‘derecho’ a quitar una vida humana». Además, el organismo de la Santa Sede solicitó que las decisiones jurídicas apunten sobre todo «a la protección de los más débiles y vulnerables», y que «la protección de la vida sea una prioridad absoluta».
El comunicado, en tono constructivo, invitó a «todos los gobiernos y a todas las tradiciones religiosas» a «hacer lo posible para que en esta fase de la historia la protección de la vida se convierta en una prioridad absoluta».