La división interna en Ciudadanos complica el acuerdo con el PP en Cataluña
► Adrián Vázquez pide «dejar de mirarse el ombligo» y reivindica un frente amplio sin aclarar la integración
Ciudadanos (CS) ultima la negociación con el PP de cara a las elecciones catalanas del 12 de mayo con esperanza de cerrar un acuerdo, pero la división interna en el partido liberal, según ha podido saber ABC, amenaza con reventarlo. Su secretario general, Adrián Vázquez, mandó ayer un mensaje a Carlos Carrizosa, líder de Ciudadanos en Cataluña, germen del partido, que en el marco de las conversaciones con el PP dijo que la integración en las listas populares sería cavar la tumba de la formación.
«Yo no he hablado de integración», aseveró Vázquez tras un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, en el Real Casino de Madrid, donde desautorizó sin rodeos a Carrizosa: «No nos creamos tanto lo que sale en los medios, solo hay dos fuentes, y yo soy una de ellas». En el Comité Nacional de CS, la ejecutiva ampliada, se ha instalado la desconfianza en sus compañeros de Cataluña, a los que se acusa directamente de intentar torpedear las conversaciones con los populares.
Algunas fuentes de la dirección, en conversación con este diario, señalan incluso al presidente del Grupo Parlamentario de Ciudadanos en el Parlament, es decir, a Carrizosa, y le acusan de haber filtrado información para hacer descarrilar el acuerdo. «Los de Cataluña no nos ayudan con sus filtraciones interesadas», reconocía un miembro de la ejecutiva a ABC. Vázquez negocia esta cuestión con la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y la otra voz autorizada a la que se refirió que participa también en las conversaciones es el secretario de Organización de Ciudadanos, Carlos Pérez-Nievas. Están siendo muy discretos.
«Lo que sí puedo deciros es que hay una voluntad por parte de las dos direcciones nacionales: estamos de acuerdo en la importancia de aunar un frente amplio para parar lo que está sucediendo en Cataluña y parar también desde Europa lo que está sucediendo en España», explicó Vázquez, que envió otro mensaje para la sucursal catalana: «Si hay gente que no entiende eso, es gente que tiene que dejar de mirarse al ombligo y mirar hacia afuera y quien quiera recibir ese mensaje, que lo reciba».
El actual líder del partido que llegó a tener 57 diputados en el Congreso y se convirtió en la tercera fuerza nacional es ahora plenamente consciente de la situación de debilidad en la que encaran esta negociación. Preguntado por la fórmula para ese frente amplio, Vázquez deslizó que su capacidad de exigencia está condicionada.
«En cualquier negociación ir con líneas rojas es empezar mal, lo que siempre he dicho es que en este momento histórico nos tiene que convencer ir más allá de las siglas y no solo lo digo por mi partido –reflexionó–. También hay que entender quién tiene una posición de fuerza y quién no. Yo soy una persona muy pragmática, pero también respondo a órganos internos, la decisión no la tomo yo, la toma el Comité Nacional de mi partido, compuesto por más de 30 personas».
El escenario ideal para los de Vázquez es un acuerdo para impulsar un frente común constitucionalista que abandone las siglas de PP y CS, pero los populares ya han dejado claro que descartan un pacto de igual a igual. Y, dada su debilidad actual, si alguien tiene todos
Los liberales buscan un frente constitucionalista que deje atrás las siglas, pero los populares se niegan a un pacto de igual a igual
los visos de ceder es CS, a pesar de que en Cataluña tienen ahora mismo seis diputados por tres del PP.
Mientras, desde el Comité Permanente de CS, máximo órgano de dirección, se ha evitado en todo momento hablar de «líneas rojas», otras fuentes llegaron a descartar «por completo» la integración en las listas del PP, aunque este escenario, bajo ciertas condiciones, no se descarta en Europa.
El nombre de Carrizosa fue ayer el elefante en la habitación: Vázquez no le nombró, pero parte de sus comentarios tomaron forma de respuesta a su colega. Fuentes del Comité Permanente de CS niegan que fuera por él: «No, no lo ha citado. La gente interpreta lo que quiere». Pero no explicaron a quién iban dirigidos entonces.