El toreo como horizonte de vida

Recorrió muchos pueblos de la ribera navarra, hasta que en 1968 debutó vestido de luces en una novillada

fallecido en Madrid Pedro Alaez Giraldo, Pedro Giraldo en los carteles, matador de toros palentino que tuvo siempre el toreo como filosofía de vida, como auténtico horizonte, desde que de muy niño, ya huérfano, pasó de su localidad natal de Cisneros de Campos a Sevilla. Allí, en un restaurante de su familia comenzó a convivir con toreros de oro y plata y le picó el gusanillo, que ya no le abandonaría en toda la vida.

Se lanzó a las capeas de su tierra castellana, corrió muchos pueblos de la ribera navarra, hasta que en 1968 debutó vestido de luces en una novillada. Hasta la temporada de 1973 no toreó con picadores y en 1976 se presentó en Las Ventas. Fue un primero de mayo, y en su crónica abecedaria José Luis Suárez Guanes lo definió como «variado con el capote, fácil con las banderillas y torero con la muleta». Cortó aquel día una oreja a un novillo de Saltillo Gutiérrez, que le abrió alguna puerta para decidirse a tomar la alternativa en Palencia el 2 de septiembre de 1978 de manos de El Viti, ante Palomo Linares y con toros de Galache. El triunfo en el doctorado le permitió torear alguna corrida más, pero cambió el oro por la plata la temporada siguiente. Desde entonces su carrera ha estado ligada al mundo del toro, como subalterno y como apoderado de toreros.

Giraldo contrajo matrimonio con la norteamericana Muriel Feiner, reconocida fotógrafa taurina y escritora, presidenta del Club Internacional Taurino. A su lado ha estado siempre como un apoyo primordial a la hora de la promoción y la defensa de la tauromaquia en todos los países taurinos.

OBITUARIO Pedro Giraldo (1947-2024)