La revisión del fallo del crimen de Almonte llega al TS
El exculpado retoma la relación con su exnovia, testigo clave en la defensa
La familia de Miguel Ángel Domínguez y su hija María (8 años), asesinados en su casa de Almonte (Huelva) en 2013, quema el último cartucho en sus manos para que la Justicia española reconsidere el caso y ordene la repetición del juicio contra el único inculpado en la causa, Francisco Javier M.R., amante de la que era madre y mujer de las víctimas cuando ocurrieron los hechos, que resultó absuelto por un jurado popular el pasado octubre.
Mes y medio después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) cerrara la puerta a toda posibilidad de nulidad de la sentencia y nuevo juicio, la representación legal de la familia, que ejerce el penalista Luis Romero, da un paso en el organigrama judicial y presenta recurso de casación por infracción de precepto constitucional ante el Tribunal Supremo (TS).
La familia considera vulnerada la tutela judicial por ausencia de motivación al considerar que «solo existe una sucinta explicación de las razones por las que han declarado rechazar determinados hechos como probados; así como el derecho a la interdicción de la arbitrariedad, dado que cuando existen explicaciones, si bien sucintas, son arbitrarias o irracionales, lo que significa una motivación defectuosa».
Según plantea el recurso, la sentencia no tiene en cuenta «la insuficiencia de la motivación del veredicto y la escasa consistencia de las pruebas de descargo sobre las que el jurado funda la absolución».
En cuanto a la posición del TSJA respecto a que la defensa de Francisco Javier logró aportar en el juicio una evidencia que demostraba que el acusado pudo estar en otro lugar diferente al de la escena del crimen en el momento de producirse los hechos.
Poca consistencia
En este sentido, destaca la que fue una prueba directa, según la Sala del Alto Tribunal Andaluz, la testifical Raquel Granados —ex novia del inculpado durante diez años—, que dijo que vio al acusado en los momentos inmediatamente anteriores al cierre del supermercado.
Ambas acusaciones incidieron en la poca consistencia de esta declaración al entrar en contradicción con sus dos primeras declaraciones en la investigación, y además no dijo que lo viera sino que «lo oyó estando de espaldas en la zona donde se lavan las bandejas».
«Se ve claramente como esta señora, novia durante casi diez años del acusado, quiere ayudarlo y por eso cambió su declaración». De hecho, según afirma, retomaron su relación sentimental hasta el punto que la misma reconoció en el juicio que lo visitó en el hospital cuando estaba encarcelado.
Colaboración Las acusaciones entienden que la pareja quiso ayudar al acusado y por ello cambió su declaración