«Esto es lo que hay», Mrs. May
Theresa May agotó ayer su último cartucho para conseguir que la Unión Europea modifique el acuerdo alcanzado con ella para el Brexit y que parece abocado a ser rechazado por el Parlamento británico. La premier pasó la jornada en Bruselas con un maratón de microentrevistas con los principales líderes europeos, previas a la cena en la que expondría a los Veintisiete la necesidad de abrir de nuevo la negociación para «mejorar» la posibilidad de que el acuerdo sea aprobado en Westminster. Muchas sonrisas, besos y palmaditas en la espalda, pero May se topó con la cruda realidad de una UE que no cede y que se circunscribe a los acuerdos que hace solo unas semanas a la dirigente británica le parecían estupendos. Así que poco más que eso se llevó a Londres Theresa May, que se comprometió a someter el acuerdo al dictamen del Parlamento en el mes de enero, antes del día 21. La pírrica victoria que anteayer consiguió al sacar adelante la moción de confianza planteada por su propio partido en la Cámara de los Comunes, se hizo ayer más dolorosa e insuficiente.