Italia cede en el déficit, pero es «insuficiente», según Bruselas
∑ Roma confía en beneficiarse de las exenciones que tendrá que pedir Francia
Italia cede ante la Comisión Europea y propicia un acuerdo sobre los presupuestos generales para el 2019. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, propuso al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, reducir el déficit con relación al PIB desde el 2,4 %, su propuesta inicial, al 2,04 %, lo que significa recortar gastos en unos 7.500 millones de euros a sus presupuestos expansivo. «El paso atrás del Gobierno italiano es considerable», reconoció la Comisión, subrayando que se han hecho «buenos progresos» en la negociación. Para esta marcha atrás del gobierno populista ha sido decisivo el papel del presidente de la República, Sergio Mattarella, un europeísta convencido, quien en un almuerzo en el Palacio del Quirinal, advirtió al equipo económico y al de Exteriores: «No seáis intransigentes con unos decimales o pagaremos más después», fue el consejo diplomático del presidente.
De todas formas, aunque se han hecho progresos en la negociación, el acuerdo no está cerrado, porque la Comisión considera que «no es suficiente» el paso que ha dado el Gobierno italiano. Pero los líderes populistas, los vicepresidentes Matteo Salvini, secretario de la Liga, y Luigi Di Maio, del Movimiento 5 Estrellas, se resisten a hacer concesiones, pues el recorte afectaría a sus dos promesas estrella en campaña electoral: la reforma de las pensiones y la llamada renta de ciudadanía o subsidio a los parados. En un comunicado conjunto, Salvini y Di Maio reiteran que mantendrán sus compromisos sobre las que fueron sus banderas electorales: «Continuamos sosteniendo con convicción nuestra propuesta. Somos personas con buen sentido y sobre todo mantenemos la promesa a los ciudadanos: La renta de ciudadanía y la reforma de las pensiones».
Todo parece indicar que habrá cesiones por parte de la Comisión y del Gobierno de coalición populista. Un factor inesperado, como es la crisis de los chalecos amarillos en Francia, puede suponer una cierta ayuda indirecta a Italia. La Francia de Emmanuel Macron, asustada por la revuelta, tendrá que superar los mismos vínculos en la relación déficit-PIB, para satisfacer demandas sociales.