Banco Sabadell ultima la venta de su inmobiliaria Solvia
Banco Sabadell se prepara para hacer caja con la venta de su plataforma de gestión de activos inmobiliarios. La entidad presidida por José Oliu negociaba ayer la venta de Solvia al fondo sueco Intrum, que aglutinó el «servicer» Aktua tras su fusión con Lindorff y que se habría impuesto en la transacción al fondo estadounidense Cerberus, dueño de la gestora Haya Real Estate, y el fondo británico Centricus.
Aunque Cerberus parecía partir como favorito después de que el pasado verano adquiriese 9.100 millones de euros brutos (3.900 millones en valor neto contable) en activos inmobiliarios del Sabadell, básicamente viviendas y suelo, al final Intrum habría hecho la oferta más alta. La dirección del cuarto banco español y el fondo de inversión negociaban a última hora de ayer los términos del acuerdo de compraventa, que al cierre de esta edición aún no habían sido comunicados al mercado, incluido el precio.
La valoración inicial de Solvia se situaba, según distintas informaciones, en unos 400 millones de euros. La compra de esta plataforma inmobiliaria, participada al 100% por el Sabadell, incluye solo la gestora, sus empleados –unos 800–, su red de oficinas –41 franquicias y 19 puntos de venta propios– y los contratos de gestión de activos que tiene con el propio Sabadell y con la Sareb.
Solvia, que el año pasado facturó casi 163 millones de euros, gestiona en total una cartera de 141.000 activos, entre créditos e inmuebles, valorados en casi 31.000 millones de euros. Ahora bien, la transacción no incluye esos activos, ya que estos están en su balance, sino en los del banco catalán y en el de la Sareb, sus clientes.
Con esta operación, el Sabadell sigue finalmente el paso dado antes por todos sus competidores de vender su «servicer» a un fondo. El Santander se desprendió de Altamira vendiéndolo a Apollo y de Aliseda (Popular) cediéndolo a Blackstone; BBVA vendió la infraestructura de Anida a Cerberus, que se hizo también con Bankia Habitat, y más recientemente Caixabank enajenó Servihabitat vendiendo la filial inmobiliaria al fondo Lone Star.
A pesar de la presión del BCE para que los bancos se desprendan de todo su negocio del ladrillo, el Sabadell fue el que más apostó por desarrollar su «servicer» por cuenta propia, pero siempre con el objetivo de ponerla en valor para después sacarle más beneficio con su enajenación. La venta podría permitir a la entidad reforzar sus niveles de capital y reducir costes.