Icono de la electrónica japonesa
Cofundador de Casio. Sus calculadoras, relojes y teclados revolucionaron el consumo de los 80 y 90
Todos los que crecimos en la década de los 80 hemos llevado sus relojes, hecho nuestras primeras cuentas en sus calculadoras y tocado sus pequeños pianos eléctricos. A los 89 años, ha fallecido en Tokio de una neumonía Kazuo Kashio, presidente y cofundador de Casio, un icono de la electrónica fabricada en Japón. Entre los artículos más populares de tan legendaria marca destacan sus relojes digitales GShock, cuya resistencia cambió la mentalidad tradicional, sus calculadoras compactas, los teclados a pilas que volvían locos a los niños en los años 80 y las primeras cámaras digitales que revolucionaron la fotografía en los 90.
Una gama de artículos que marcaron una época y demuestran el carácter visionario de Kazuo Kashio, quien fundó la compañía junto a sus tres hermanos en 1957, cuando renovaron la empresa electrónica que el mayor de ellos, Tadao, había abierto casi una década antes, Kashio Seisakujo. Bajo la nueva marca, ese mismo año comercializaron su primera calculadora compacta. En la década siguiente empezaron a exportar calculadoras cada vez más pequeñas y baratas y, gracias a su alta calidad, pronto inundaron los mercados internacionales con una variedad de artículos que hacía omnipresente la marca Casio y el sello «Made in Japan».
En un mensaje en el portal en internet de la compañía, Kazuo Kashio se enorgullecía de que «liberándonos de los prejuicios y nociones convencionales, hemos concebido productos que son realmente necesitados y hemos usado nuestras tecnologías digitales para hacerlos realidad». A su juicio, «los artículos basados en nuevas ideas crean nuevos mercados».
Así se vio cuando los relojes negros de plástico de Casio y sus teclados electrónicos se convirtieron en el regalo más preciado para la generación de los 80. Treinta años después, la empresa ha vendido más de cien millones de dichos relojes en todo el mundo. En la década siguiente, Casio fue pionera en las cámaras digitales al incluir una pequeña pantalla en la parte trasera para ver las fotos y borrarlas si no eran buenas, una novedad que luego se ha extendido a todas las marcas.
Desbancada por otros competidores como Apple o Samsung, que han cambiado la electrónica de consumo en el siglo XXI con los móviles y las «tablets», Casio ya no es tan puntera como en el pasado. A pesar de haber perdido la fama que tenía, sigue conservando más de 12.000 empleados y unas ventas que ascienden a 314.790 millones de yenes (2.471 millones de euros), ya que se mantiene líder en calculadoras, cronómetros, diccionarios electrónicos, cajas registradoras y proyectores.
Después de más de treinta años ocupando diversos puestos directos, en 1988 sucedió a su hermano mayor, Tadao Kashio, como consejero delegado de la compañía, cargo que ocupó hasta que fue relevado por su hijo, Kazuhiro, y se convirtió en presidente de honor. Con la muerte de Kazuo Kashio, desaparece un empresario que marcó una época para el consumo electrónico de masas y popularizó el sello «Made in Japan».