La cruda realidad de la sanidad en Cataluña
Lo que me ha llevado a escribir esta carta ha sido la notificación que ha hecho llegar a mi madre el hospital donde ha sido operada de cáncer, anunciando que no podrá quedarse ingresada ni una noche después de la intervención. Sinceramente, no estamos hablando de una simple reducción de ganglios que te hacen de pequeño y te puedes ir a casa el mismo día: se trata de la extracción de un tumor, intervención que supone un dolor posoperatorio grave.
Que una mujer en este estado sea obligada a marcharse sin asistencia médica posible es una situación que contradice el objetivo principal tanto de la salud pública como del estado de bienestar en su conjunto.
Por supuesto no está de más añadir que, no hace tanto, el Gobierno catalán debía casi doscientos millones a las farmacias, y las colas de espera de personas que necesitan ser atendidas de forma urgente continúan sin solución.
Terminaré diciendo que nuestro queridísimo Gobierno catalán, en vez de pelearse con el resto del mundo para conseguir una presunta independencia, que se dedique a invertir el dinero en solucionar estas situaciones y no en mantener políticos presos y campañas nacionalistas.
En vez de gastar 6,2 millones en una consulta ilegal (1 de octubre), que invierta en pagar la deuda que tiene con las farmacias y en arreglar este tipo de situaciones médicas tan graves e injustas, impropias de un país supuestamente avanzado en el bienestar social. HELENA JIMÉNEZ BARCELONA