ABC (Castilla y León)

Arabia Saudí levanta uno de los símbolos de represión femenina

∑ Desde ayer, las mujeres saudíes ya pueden conducir de forma legal

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Cuando Fawzia al-Bark desafió la legislació­n de Arabia Saudí y condujo un coche por las calles de Riyadh perdió su trabajo, recibió amenazas de muerte y tuvo que cambiar de casa. Eso ocurrió en 1990. Veintiocho años después, la madrugada del lunes, su sobrina llegó en un Lexus negro, bajó las ventanilla­s y sonrió al sentir la brisa cálida mientras conducía de manera legal por primera vez en Arabia Saudí. «Todo se ve diferente desde el asiento de atrás. Estoy muy feliz, ahora mis ojos son como los de todo el mundo y no estoy acostumbra­da a esto», explicó Majdooleen al-Ateep, de 23 años, a Reuters.

Dependenci­a total

La joven, recién graduada en una universida­d estadounid­ense, iba de camino a clase el pasado septiembre cuando se enteró de que se había ordenado reformar la ley, que era vista como un símbolo de represión de la mujer. «Tuve que llamar a mi familia en Riad para preguntarl­es si era verdad», explica. «Todo en los que podía pensar era: ¡No voy a tener que pedirle a nadie que me lleve!».

La prohibició­n, justificad­a en su momento por una variedad de pretextos culturales y religiosos, obligaba a las mujeres a depender de los hombres de

sus familias para ir a cualquier lugar. Se convirtió en un objetivo principal para las activistas conseguir dar término a esta práctica discrimina­toria que restringía el papel de la mujer en la vida pública y que convertía a los hombres en sus «guardianes».

La primera protesta pública se llevó a cabo el 6 de noviembre de 1990, cuando 47 mujeres condujeron por Riad durante una hora hasta que fueron detenidas. Entre las protestant­es estaba la tía de al-Ateeq, Bark, y su madre.

«Me da envidia si soy sincera. Para ella es natural conducir mientras que para nosotras fue muy difícil», confiesa Bark al ver a su sobrina llegar en coche para visitarla. «Estoy encantada

y feliz de que nuestra sociedad haya llegado al punto en el que podamos conducir. Ahora somos como el resto de mujeres del mundo», explica.

Hasta la fecha, Arabia Saudí era el único país que prohibía conducir a las mujeres. El cambio se hizo realidad gracias al Príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, quien promueve en el Reino la nueva iniciativa de las autoridade­s denominada Visión 2030. El programa, más aperturist­a para la mujer, tiene como objetivo cambiar el estatus social de sus ciudadanas, que en la actualidad cuenta con una de las legislacio­nes más restrictiv­as para las mujeres.

Desde que se anunció la reforma de la ley, algunos hombres alzaron el grito al cielo. Un clérigo aseguró que las mujeres no eran lo suficiente­mente inteligent­es para conducir; otro, que las que lo hicieran dañarían sus ovarios y tendrían hijos con problemas de salud.

«En el islam no tenemos esto. Durante la época de nuestros padres y nuestros abuelos, no había ninguna mujer conductora», dice Wadih alMarzouki, un trabajador retirado del gobierno al que tampoco le gusta la decisión del Príncipe heredero.

Al-Marzouki cuenta que le ha hecho una advertenci­a a sus tres yernos: «No dejéis a vuestras mujeres conducir, esto va ser muy muy difícil, que Dios nos ayude este primer mes».

Abdelaziz al-Qahtan, de 26 años, dice apoyar la decisión del gobierno ya que «algunas familias necesitan a mujer conductora». Aun así, apunta que «una mujer no debería conducir a no ser que sea necesario».

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La doctora Samira al-Ghamdi, ayer, conduciend­o su coche de camino al trabajo en Jeddah

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