ABC (Castilla y León)

«Todos somos Mallorca»

▶ El Ayuntamien­to de Sant Llorenç pide fontaneros, albañiles y electricis­tas para ayudar con los desperfect­os

- J. G. STEGMANN PALMA DE MALLORCA

La estampa de Sant Llorenç des Cardassar, epicentro de la catástrofe, era ayer diferente a la de los días precedente­s. Después de que el martes el agua arrasara este municipio de Mallorca, y tras horas y horas en las que los vecinos sacaban el lodo de sus casas usando no solo palas sino incluso pantallas de ordenadore­s, las calles empezaron a verse algo más limpias y despejadas gracias a la ayuda de los voluntario­s. Venidos de toda la isla de Mallorca, incluso de la otra parte de la isla como Andraix (a unos 90 kilómetros de Sant Llorenç), la ayuda fue tal que incluso superó lo esperado y se tuvo que pedir que no acudiera más gente.

Un total de 1.300 personas pasaron ayer el registro para ingresar a Sant Llorenç, según informó el 112. Sin embargo, desde atención ciudadana del Gobierno balear se había solicitado el registro de 400 personas. Para hoy el Ayuntamien­to ha pedido fontaneros, electricis­tas y albañiles para ayudar en los destrozos.

«En la televisión se vieron muchas cosas pero hay que estar aquí para darse cuenta de lo que pasó», cuenta Antonio Gil, un vecino de 69 de Cala d’Or que llegó a «echar una mano» a las ocho de la mañana y que no dejaría de trabajar hasta las seis de la tarde. Cuando por fin la tormenta ha amainado, los afectados se aferran a la ayuda de estos voluntario­s y se abrazan con amigos y familiares en el reencuentr­o.

«Nunca en mi vida he visto algo así, esto es un desastre», cuenta Morat, marroquí de 52 años y también vecino de Cala d’Or, con la escoba en la mano y lleno de barro por las labores de limpieza. Sin embargo, lo que más abundaban ayer eran los rostros jóvenes, ya fuera cargando cajas con litros de agua, barriendo las casas y las calles con todas sus fuerzas, o «ayudando en todo lo que se pida». «He venido a ayudar pero no me esperaba ver esto. Muy caótico. Parece que estas cosas pueden pasar en otro lado, nunca aquí», confesaba Óscar de las Heras, de 26 años y vecino de Son Servera.

«Hacemos piña»

Ana y Gaya, ambas de 20 años y vecinas de Santanyí sacaban agua de una casa y quitándose el sudor de la cara por el esfuerzo y un sol abrasador que parecía negar todo lo ocurrido hace unos días. «Somos Mallorca, si nos hubiera tocado a nosotros también hubiéramos esperado esto», señalaba Ana.

«Todos hacemos piña, he visto a la gente muy afectada pero con la intención de superarlo», aseguraba Ángela, de Porreras, sin apartar la vista del agua que corría por sus pies. Ayer Sant Llorenç se limpiaba la pena y miraba al futuro.

Caos «He venido a ayudar pero no me esperaba ver esto. No parece que estas cosas puedan pasar aquí»

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EFE Cientos de personas trabajan en las labores de limpieza de Sant Llorenç
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AFP Voluntario­s reparten comida a los vecinos afectados

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