Tierra de Campos y Pisuerga, áreas de actuación permanente contra el topillo
▶ Agricultura reconoce que estas dos zonas son «especialmente sensibles» a la plaga
La Consejería de Agricultura y Ganadería identifica toda la macrocomarca de Tierra de Campos en las provincias de León, Palencia, Valladolid y Zamora y la zona burgalesa de Pisuerga como el área de actuación de la estrategia permanente de lucha contra los topillos, al considerarla como una zona «especialmente sensible a esta plaga». Es en este ámbito donde se concentrarán los mayores esfuerzos y donde se establecen unas prácticas fitosanitarias mínimas para controlar la población de estos roedores.
No obstante, y según informaron a Ical fuentes del departamento dirigido por Milagros Marcos, el hecho de que se haya definido este ámbito de actuación no implica que en el resto del territorio el topillo no pueda suponer problemas en periodos excepcionales. Por ello, se contempla la posible ampliación del ámbito de aplicación de esas medidas mínimas en los casos en que se detecten estas situaciones. Así lo establece la propuesta definitiva de la orden de aprobación de la Estrategia de Gestión Integrada de Riesgos Derivados de la presencia del roedor en la Comunidad, y que plantea una gestión «continuada, sin limitar las actuaciones o medidas concretas» cuando existe un riesgo de plaga y que tiene como premisa básica de protección de los cultivos «en un marco de sostenibilidad agrícola y ambiental» e integrado con las características y condicionantes del agroecosistema objetivo.
Así, la orden establece cuatro niveles de riesgo: verde, amarillo, naranja y rojo, en función de las poblaciones de animales y del estado de los cultivos. Los dos últimos indican ya una superpoblación de estos animales y la adopción de medidas obligatorias para su control y erradicación, así como la toma de decisiones por parte de una autoridad competente. Este mando podrá ordenar diversas actuaciones de pastoreo o gradeo en los cultivos de la zona afectada e, incluso, levantar toda una parcela en los casos que se considere necesario u ordenar quemas controladas por personal especializado. Así mismo, se crearán bandas de seguridad sin cubierta vegetal herbácea en el borde interior de las parcelas y en las zonas colindantes con cunetas o ríos, con una anchura de al menos tres metros.
Pese a la aprobación de esta estrategia, desde la Consejería de Agricultura se admite que las acciones se deben orientar a la «minimización» de los efectos, ya que la gestión de este roedor «es de especial dificultad, puesto que a priori no existe ninguna medida que por sí misma sea suficiente para paliar este problema».
El programa de gestión incluye actuaciones de lucha integrada y aspectos como una monitorización de la especie y de los riesgos, el reconocimiento de la figura del «agricultor colaborador», planes de formación y sensibilización y el refuerzo de la investigación en nuevas alternativas aplicables. También, el establecimiento de un catálogo de buenas prácticas fitosanitarias, un tratamiento especial para parcelas con cultivos de alfalfa y siembra directa, por ser los principales reservorios de esta especie, y un conjunto de medidas para el control biológico del topillo. Así, se prevén actuaciones para favorecer la presencia de los depredadores naturales de esta especie en el campo, como la plantación de arbustos y árboles, la recuperación de vegetación arbórea y arbustiva en las riberas de los ríos, la ubicación de cajas o nidales artificiales, sobre todo para rapaces como el cernícalo y la lechuza, y de mustélidos como comadrejas o de posaderos para las aves.