La tapa más popular
La ensaladilla rusa es la más recurrente en las barras de toda España. Y no hay dos iguales
En dura pugna con la tortilla de patata, no cabe duda de que la ensaladilla rusa es la tapa más popular en las barras de toda España. Y como ocurre con la tortilla, apenas hay dos iguales y cada español tiene su favorita. Como denominador común, patata cocida y mayonesa. Y a partir de ahí tantas variantes como se quiera: zanahoria, atún o bonito, aceitunas, encurtidos, guisantes o incluso unas gambas o langostinos como suele ocurrir en Andalucía. En versiones más sofisticadas las hemos visto con erizo de mar, esturión o caviar por encima. Lo importante es el equilibrio de los ingredientes, que la patata sea de calidad y que quede bien jugosa. Un plato que, pese al éxito que tiene entre nosotros, no es de origen español, y que ya aparece recogido en recetarios franceses e ingleses a principios del siglo XIX, antes de que lo popularizase el cocinero francés Lucien Olivier en el restaurante Hermitage de Moscú, a quien muchos atribuyen erróneamente la paternidad de esta ensaladilla.
El pasado martes, en el marco de ese importante congreso culinario que es San Sebastián Gastronómika, se celebró el primer campeonato nacional de ensaladilla rusa, con la participación de doce de las más destacadas de toda España. Algunas respaldadas por cocineros de primer nivel como Ricard Camarena o Nacho Manzano, que las ofrecen en sus establecimientos. Ensaladillas de Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla, San Sebastián, Oviedo o Valladolid compitiendo por el título que concedían un jurado
profesional presidido por Martín Berasategui y del que tuve la suerte de formar parte porque tengo que reconocer mi debilidad por este plato, y otro popular. Doce elaboraciones con elementos muy similares y sin embargo cada una bien diferente de las otras. Fiel reflejo de la diversidad de esta reina de las tapas. Al final hubo unanimidad para designar como la mejor de las presentadas la del barcelonés Tapas 24, del cocinero Carles Abellán. No dejen de probarla si pasan por la Ciudad Condal.