Dos pioneros de la montaña
Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki representan al alpinismo tradicional. El primero fue el primero en ascender los catorce ochomiles de la tierra; el segundo se encargó de explorar alguna de esas cimas –Everest, Kangchenjunga y Lhotse– en invierno. Pioneros ambos, imagen de una forma de vivir la montaña, los dos recibirán este viernes el Premio Princesa de Asturias, algo que el italiano reconoce como un honor único.
—¿Sabe que son los primeros alpinistas que ganan este galardón?
—Sí, lo sé. Lo siento como propio, pero sobre todo como un reconocimiento para todo el alpinismo. Para todos esos montañeros que fueron superando lo que parecían límites de la montaña, que luego no lo eran. Es un premio que va, especialmente, para el alpinismo tradicional. No para los que hacen ahora de este deporte una carrera o una competición, sino para los que lo veíamos como una aventura. En realidad, este premio va para ese alpinismo que representamos gente como Wielicki y como yo. Él es uno de los alpinistas más grandes de la historia. Lo conozco muy bien y esto encantado de compartir el galardón con él. Es el responsable de que el alpinismo polaco sea uno de los más importantes del mundo.
—Ustedes han dedicado su vida a la montaña. ¿Qué le queda ahora por delante a Reinhold Messner?
—Mire, durante mi vida he hecho muchas cosas. He subido muchas montañas, pero también he atravesado desiertos o he cruzado la Antártida sin ayuda. Tuve la fortuna de escribir varios libros sobre mi experiencia en el alpinismo e incluso fui diputado en el Parlamento Europeo por la Federación de los Verdes. Ahora estoy aprendiendo a hacer películas y mi reto más cercano es hacer una sobre la montaña. Además, tengo mis seis museos, que son mi herencia. Un conglomerado de museos autosuficientes que no reciben ayuda por parte del estado y que son un lugar de culto al alpinismo. Por eso, a mi edad, a la vida solo le pido disfrutar con algún paseo por la montaña. Aspiro a una vida más contemplativa y menos activa que hasta ahora.
«Es uno de los más grandes de la historia. Es un honor compartir el galardón con él»