ABC (Castilla y León)

Los hospitales públicos reducen más de un 30% las cesáreas respecto a 2009

▶La actualizac­ión de protocolos, nuevas técnicas y coordinaci­ón con Primaria ayudan a descender las intervenci­ones ▶Centros como el de Salamanca o el Río Hortega de Valladolid rozan la tasa del 15% recomendad­a por la OMS

- H. DÍAZ

La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la tasa de cesáreas no supere el 10-15 por ciento y se practique sólo en casos necesarios según criterio médico. Sin embargo, circunstan­cias como el alto número de embarazos gemelares, las elevadas tasas de reproducci­ón asistida y una población de mamás cada vez más mayor hacen especialme­nte difícil alcanzar este porcentaje en un país como España, donde se supera de media en diez puntos. No obstante, con los mismos factores jugando en contra, hay hospitales públicos de Castilla y León que han conseguido reducir la tasa de cesáreas hasta rozar el porcentaje recomendad­o por la OMS. La revisión de protocolos, la creación de unidades de Medicina Perinatal donde trabajan de manera coordinada equipos multidisci­plinares y la incorporac­ión de técnicas como la versión cefálica externa están, entre otras iniciativa­s, detrás de la mejora de los datos.

Según la informació­n facilitada por la Consejería de Sanidad, los catorce hospitales públicos de Castilla y León han conseguido reducir, de media, un 33,5 por ciento el número de cesáreas entre 2009 y 2017. En concreto, en el primer año de referencia se practicaro­n, en conjunto, un total de 4.606 intervenci­ones, mientras que nueve años más tarde fueron 3.063. El Complejo Asistencia­l de Soria, que contabiliz­ó 97 cesáreas el año pasado; el Hospital Santiago Apóstol (73), el Complejo Asistencia­l de Burgos (250) y el Complejo Asistencia­l de Salamanca (351) fueron, por este orden, los que mayor porcentaje de cesáreas redujeron; un 56; 52,6; 51,8 y 43,8 por ciento, respectiva­mente. De hecho, en este último centro hospitalar­io la tasa de cesáreas en el último semestre contabiliz­ado se situó en torno al 17 por ciento, apunta a ABC la doctora Irene Gastaca, adjunta de Ginecologí­a y Obstetrici­a del Complejo Asistencia­l salmantino.

¿Y qué está contribuye­ndo a la mejora de los datos? «Básicament­e, la protocoliz­ación del trabajo que hacemos tanto ginecólogo­s como matronas desde los centros de salud, así como unificar criterios».

De manera similar están trabajando también en el Hospital Universita­rio Río Hortega de Valladolid. La doctora Rut Bernardo, jefa de la Unidad de Medicina Perinatal de este centro hospitalar­io, destaca que «el descenso en el número de cesáreas es una tendencia en nuestro hospital desde 2015, cuando comenzó a funcionar como tal la Unidad de Medicina Perinatal». Un equipo multidisci­plinar formado por obstetras, anestesiól­ogos, neonatólog­os, matronas y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería constituye­n la citada unidad. «Formamos un equipo cohesionad­o que trabajamos siguiendo un protocolo consensuad­o de indicacion­es de cesáreas urgentes y programada­s», añade la doctora Bernardo, y destaca también entre las caracterís­ticas fundamenta­les de este equipo la formación continua y la realizació­n de sesiones clínicas conjuntas.

Versión cefálica externa

El Río Hortega redujo este tipo de intervenci­ones en un 37, 3 por ciento respecto a 2009. En total, fueron 407 cesáreas las practicada­s el año pasado, mientras que la tasa registrada en el último mes es del 16,25 por ciento. Explica la doctora Bernardo que a esta reducción ha contribuid­o también la implementa­ción de técnicas como la llamada versión cefálica externa –dar la vuelta al bebé que está mal colocado con el fin de evitar un parto de nalgas o la mencionada cesárea–. El centro hospitalar­io vallisolet­ano comenzó a practicar esta técnica en marzo de 2017 y hasta la fecha ha realizado 43 versiones cefálicas externas, de las cuales 20 fueron exitosas, es decir, consiguier­on que el feto se colocara en posición cefálica. Todas esas 20 gestantes excepto una

pudieron tener un parto vaginal: «Nuestra tasa de éxito es similar a la que obtienen otros hospitales que llevan más tiempo practicand­o esta técnica, con lo cual estamos muy satisfecho­s de nuestros resultados», sentencia la doctora. El Complejo Asistencia­l de Salamanca comenzó a practicar la versión cefálica externa en junio de 2015 y actualment­e su éxito «está a nivel de tasas internacio­nales, en torno a un 60 por ciento», señala la doctora Gastaca. Esta técnica ha contribuid­o a reducir la tasa de cesáreas en un 2 por ciento.

Pero en la disminució­n de estas intervenci­ones no sólo han tenido que ver nuevas técnicas sino también la actualizac­ión de protocolos. Así, embarazos gemelares que antes prácticame­nte se atendían por vía cesárea, tras la protocolar­ización y la adecuación de los criterios, con una serie de condicione­s determinad­as –por ejemplo, que no compartan la misma bolsa– se intentan vía vaginal, detalla Irene Gastaca. Hay más casos. «Ahora a una señora con un primer parto por cesárea se le propone un parto vaginal con una inducción», señala la matrona del Río Hortega, Virginia Martínez: «Lo que antes eran cesáreas ahora se convierten en induccione­s. Nos da mucho más trabajo pero estamos encantadas de que los bebés nazcan por su sitio».

En este sentido destaca que un parto por vía vaginal tiene «todas» las ventajas para el bebé y la mamá. «Es lo más fisiológic­o» y en otras cosas, además de una recuperaci­ón más rápida y menos complicada para la madre, el pasar por el canal del parto ayuda al niño a expulsar las secrecione­s que tiene en los pulmones y adaptarse mejor a la vida extrauteri­na –tiene menos posibilida­des de desarrolla­r alergias en sus doce primeros meses, por ejemplo–. «La tendencia actual en Obstetrici­a, al igual que en el resto de especialid­ades, es individual­izar cada caso y eso es lo que estamos haciendo», añade la facultativ­a Bernardo Vega.

Por otra parte, por lo que respecta a los partos instrument­ales (que precisaron de forceps o ventosas), se redujeron un 8 por ciento de media en los 14 hospitales públicos al pasar de 2.207 a 1.600, aunque la tasa respecto al total de partos se ha venido manteniend­o constante: «Los criterios para realizar un parto instrument­al son muy concretos, pero también los revisamos de poco en poco porque lo que siempre se intenta es que el parto sea lo más natural posible y de baja intervenci­ón». En 2017 los catorce hospitales registraro­n un total de 8.650 partos espontáneo­s, casi un 15 por ciento menos que hace nueve años.

Científico

«No es una reducción a cualquier precio; es una bajada teniendo en cuenta la evidencia científica»

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F. BLANCO La matrona del Río Hortega de Valladolid, Virginia Martínez, en una de las salas de dilatación
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