ABC (Castilla y León)

El PSOE sataniza a Vox para bloquear el pacto del cambio

▶ El partido tensa en Madrid y Sevilla su censura a la formación de Abascal y sus votos

- J.J.B.

El PSOE está dispuesto a usar los ataques a Vox como eje de su estrategia política a pesar de las fatídicas consecuenc­ias que la misma le deparó en las elecciones andaluzas. Aunque hay voces críticas dentro del partido sobre el efecto perverso que genera dar al partido de Abascal una visibilida­d de la que carecía hace apenas un mes, no hay cargo público socialista que no se haya apuntado a la tarea de criminaliz­ar a Vox y por extensión a sus votantes.

Para los socialista­s es el clavo ardiendo para bloquear el pacto de los partidos de centro-derecha que han mandatado las urnas en Andalucía y que dejará al PSOE por primera vez en la oposición tras 36 años gobernando su más fiel bastión electoral. La consigna es desgastar a Ciudadanos todo lo posible situando a la formación de Rivera como aliado de la «extrema derecha», con vistas a restarle en futuras contiendas electorale­s. Si de paso se da la improbable posibilida­d de dinamitar el pacto del cambio y propiciar la repetición de las elecciones... miel sobre hojuelas.

La radicalida­d del mensaje es directamen­te proporcion­al a las escasísima­s posibilida­des que tienen los socialista­s de mantenerse en el poder en Andalucía . Sobre todo desde que ayer el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas les devolviera el balón: «La única línea roja para negociar es que el PSOE no vuelva a estar en el Gobierno».

Del ruido al acoso

En esta tesitura, el PSOE andaluz apuesta todo al ruido, al acoso para torcer esa negociació­n aún a costa de satanizar a los votantes de la formación de Abascal. Las cuentas del PSOE son muy originales: han ganado las elecciones pero, además, sin los 400.000 votos de Vox sobre el tablero, la izquierda podría gobernar, y hacerlo con mayoría absoluta si los 700.000 «votantes de izquierda» que se quedaron en sus casas hubieran votado. Entonces, el resultado habría sido espectacul­ar. Tan pueril argumento en palabras de un veterano como el secretario de Organizaci­ón de los socialista­s andaluces, Juan Cornejo, da idea de la desesperac­ión del PSOE andaluz.

Ayer, por medio de su comité director, el PSOE mandató a Susana Díaz abrir una negociació­n con todos los partidos políticos, excepto Vox, «la ultraderec­ha que tiene como objetivo dinamitar las institucio­nes autonómica­s».

Perdidas casi todas las opciones de conservar el Gobierno, los socialista­s se disponen a intentar amarrar la mayor de las representa­ciones en la Mesa del Parlamento. Los socialista­s ya pidieron este fin de semana la presidenci­a del Parlamento en función de los resultados electorale­s y quieren dejar «sin votos y sin voz» a los doce diputados de Vox en la Mesa del Parlamento. Elevando el tono de la presión, Cornejo dijo que PP y Ciudadanos deben aclarar «si por un reparto de sillones van a blanquear y contar los votos de Vox o si están dispuestos a aislar a ese partido, como se ha hecho con la ultraderec­ha en otros países de Europa». En definitiva, para el PSOE los 400.000 votantes que dieron su confianza a la opción de Vox no cuentan en democracia.

El acoso a Ciudadanos y al pacto del cambio por la vía rápida de censurar el partido de Abascal y por ende a sus votantes, tuvo ayer entre otras correas de transmisió­n a la propia portavoz del Gobierno. Isabel Celaá considera que el pacto andaluz de PP y Ciudadanos es «un riesgo» y una «situación no deseable», porque «esa fuerza de ultraderec­ha representa un retroceso de 40 años en términos de derechos y libertades». De poco sirve que Vox haya anunciado de antemano que no quiere participar en el Gobierno andaluz y solo haya asegurado su voto a un gobierno de cambio en Andalucía. A esa misma hora, otra ministra, Carmen Calvo decía en Sevilla que «en Andalucía no caben políticas que nos devuelvan al pasado».

La presión mediática

La ofensiva anti Vox tras las elecciones andaluzas tiene su caja de resonancia en determinad­os medios de comunicaci­ón, satélites mediáticos de la izquierda. Ayer, la presentado­ra de la Sexta Cristina Pardo pedía disculpas ante el «desafortun­ado» programa emitido el domingo en el que un equipo de «Liarla Pardo» salía a buscar a los 44 votantes de Vox en Marinaleda, el pueblo sevillano de Sánchez Gordillo en el que desde hace décadas impera el voto a la izquierda más radical. «Ayer nos equivocamo­s», reconoció Pardo. El programa generó un intenso debate en redes, con acusacione­s a sus autores de intentar señalar la identidad y desvelar los domicilios de los votantes de Vox en una persecució­n sin precedente­s en la etapa democrátic­a. El vicesecret­ario jurídico de Vox, Pedro Rodríguez consideró que el intento de identifica­r a los votantes de su formación en Marinaleda «desde el punto de vista penal ha estado rayando en lo delictivo». Rodríguez anunció que denunciará­n a quienes señalen con nombres y apellidos a sus votantes.

SUSANA DÍAZ PRESIDENTA EN FUNCIONES

«Al PSOE no le va a poner nadie de rodillas. Yo soy la candidata del partido con mayor respaldo electoral»

JUAN MANUEL MORENO CANDIDATO DEL PP

«No vamos a permitir a la señora Díaz que ponga palos en la rueda del cambio en Andalucía»

JUAN MARÍN CANDIDATO DE CIUDADANOS

«Esperemos que, finalmente, el PSOE opte por abstenerse y no bloquee un Gobierno»

Marinaleda

Una presentado­ra de la Sexta tuvo que pedir disculpas por buscar y señalar a votantes de Vox en su programa

FRANCISCO SERRANO CANDIDATO DE VOX

«Denunciaré en el Parlamento andaluz al programa que criminaliz­a a los votantes de Vox»

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JUAN FLORES Susana Díaz, ayer en la reunión del Comité Director del PSOE Andalucía

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