ABC (Castilla y León)

El Bloc desacredit­a la investigac­ión policial sobre su financiaci­ón

▶ La causa relacionad­a con el PSPV-PSOE y sus socios continúa viva en tres juzgados

- R. B. CRESPO VALENCIA

La comisión de investigac­ión de las Cortes Valenciana­s sobre la presunta financiaci­ón irregular del PSPV-PSOE y el Bloc (partido mayoritari­o en la coalición Compromís) en las elecciones de 2007 arrancó ayer su ronda de comparecen­cias con las del diputado del PP José Císcar, el presidente del Parlamento autonómico, Enric Morera, y su jefe de Gabinete,

Lluis Miquel Campos.

La causa fue llevada durante año y medio por el juzgado de Instrucció­n número 21 de Valencia tras una denuncia del PP ante la Policía. Al encontrars­e prescrito el delito electoral pero no los de malversaci­ón, prevaricac­ión y falsedad documental, la juez decidió trocearla y remitirla a cuatro juzgados (dos de Madrid, uno de Gandia y otro de Benidorm).

Las Cortes Valenciana­s tratarán ahora, antes de que finalice la legislatur­a, de continuar indagando sobre estos hechos. Morera, durante los años investigad­os, era secretario general del Bloc, pero ayer negó que tuviera constancia de la mecánica puesta de manifiesto por la juez de Valencia: que la agencia de comunicaci­ón Crespo Gomar, con la que trabajaron los socialista­s y los nacionalis­tas de cara a la campaña, realizó servicios a los partidos de cuyo pago se habrían hecho cargo terceras empresas mediante la confección de facturas falsas.

«No ha habido ninguna financiaci­ón ilegal ni del PSPV ni del Bloc», insistió Morera pese a las considerac­iones judiciales, a la vez que defendió que ningún juzgado ha abierto una causa a su partido por delitos vinculados por corrupción y que tampoco la Policía ha registrado la sede o les ha hecho algún requerimie­nto al respecto.

El presidente de la Cámara aprovechó para poner en entredicho el trabajo de la Policía. «No le doy ninguna relevancia a lo que dice sobre unas fotocopias presentada­s por Císcar», llegó a asegurar. Una línea que, posteriorm­ente, mantuvo su jefe de Gabinete, Lluis Miquel Campos. En su opinión, el informe policial está hecho en base a unos documentos que pueden estar manipulado­s puesto que contienen «tachones, una lista de precios falsos y una relación de empresas para cuadrar una cosa ficticia, sin que esos datos hayan sido probados». «Alguien ha montado un sudoku para generar el efecto de marear», remarcó. Todo ello pese a que los importes que figuraban en la documentac­ión y que pudieron comprobars­e por vía tributaria coincidían con los servicios a los partidos.

Campos es uno de los nombres que aparecen en los correos electrónic­os en los que se desvelaban conversaci­ones sobre cómo elaborar las facturas supuestame­nte ficticias de trabajos electorale­s. Sin embargo, ayer no pudo dar explicació­n a este hecho y lamentó que se le haya implicado en el asunto.

Por su parte, el diputado popular José Císcar, quien interpuso la denuncia ante la Policía, comentó que si no fuera porque el delito electoral ha prescrito «en un 95 %» la investigac­ión sobre la financiaci­ón electoral del PSPV-PSOE y el Bloc «acabaría con alguien en el banquillo, porque es muy evidente».

Ha relatado que en julio de 2016 el periódico ABC contactó con el PP porque había recibido documentac­ión que podría estar relacionad­a con la financiaci­ón ilegal del PSPV y Bloc. Este periódico trasladó los papeles tal como los recibió en su redacción en un sobre sin remitente y sin manipular ninguno de ellos. Al no poder contrastar la veracidad de los hechos que se describían, en ese momento ABC decidió no informar acerca de su contenido. Tras año y medio de instrucció­n judicial, en marzo de 2018, este diario publicó la primera informació­n relacionad­a con la causa, que la magistrada de Valencia remitió a otros cuatro juzgados.

La causa sigue

Tres de ellos han seguido adelante y actualment­e figuran alrededor de una veintena de imputados. En Benidorm se indaga en las presuntas irregulari­dades en la adjudicaci­ón de los opinómetro­s, unos dispositiv­os para medir la opinión ciudadana puestos en marcha a través del dinero del Plan E de Zapatero y que costaron casi 300.000 euros. En Gandía, se investiga una operación sospechosa en relación a un inmueble en la que participó el Ayuntamien­to. En Madrid, un juzgado estudia las posibles irregulari­dades en un contrato adjudicado a Crespo Gomar por el Ministerio de Vivienda. Otro juez de la capital archivó una causa relacionad­a con el departamen­to de Sanidad el pasado verano.

Informes Los nacionalis­tas tachan de ficticios e irrelevant­es los documentos que la Policía comprobó

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