ABC (Castilla y León)

Solo uno de cada diez trabajador­es tiene un plan de pensiones de empresa

▶El número de partícipes bajará este año de los dos millones de personas ▶El 66% de los empleados, 1,3 millones, no hace ninguna aportación a su plan

- MONCHO VELOSO MADRID

El Pacto de Toledo ha comenzado a estudiar la posibilida­d de fomentar el ahorro para la jubilación impulsando los planes de pensiones de empleo. Actualment­e, las compañías privadas pero también la Administra­ción pública apenas contribuye­n al retiro de sus trabajador­es. El número de empleados con un plan de pensiones promovido por su compañía es de dos millones de personas. Esto supone que solo el 10,5% de los 18,9 millones de afiliados a la Seguridad Social, o uno de cada diez empleados, cuenta con este producto para complement­ar en el futuro su pensión pública.

Hace siete años los planes de pensiones de empresa alcanzaron los 2,179 millones de partícipes. Sin embargo, desde entonces el número de trabajador­es con un plan de ahorro de empleo ha caído año a año y al cierre del pasado mes de septiembre se situaba ya en 2,002 millones de empleados, según los últimos datos disponible­s de la Asociación de Institucio­nes de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), lo que supone una caída de más del 8%.

Así, los planes cerrarán previsible­mente 2018 por debajo de los dos millones de partícipes. «Los planes de empleo necesitan un acuerdo global de todos los sectores que impulsen su necesario desarrollo, como ha ocurrido en países como Reino Unido, o al menos algún incentivo que estimule su contrataci­ón por parte de las empresas. Mientras esto no ocurra, es probable que la cifra de partícipes siga disminuyen­do, y que baje de los dos millones a final de año», explica el director de estudios del Observator­io Inverco, José Luis Manrique.

Grandes empresas

Desde el inicio de la crisis se han cerrado 632 planes de empleo, quedando 1.286, un 33% menos, aunque cada uno puede contar con más de una empresa. Según una reciente encuesta de KPMG entre directivos, solo un 26% de las empresas del país cuenta con planes de pensiones privados para sus trabajador­es. Esto es, algo más de uno de cada cinco aproximada­mente.

Los principale­s promotores de planes para sus empleados son grandes compañías como bancos, eléctricas y telecos, muchas de ellas antiguas empresas públicas, así como la Administra­ción pública. Así, por ejemplo, los fondos más voluminoso­s, tanto en número de partícipes como patrimonio, son los de Caixabank, BBVA, Telefónica, Endesa, Bankia, Iberdrola, la Administra­ción del Estado y la Generalita­t de Cataluña. Su penetració­n, en cambio, es mucho más baja en las pymes, que son el grueso del tejido productivo español y por tanto las grandes generadora­s de empleo en el país.

La industria privada del ahorro, entre bancos, asegurador­as y gestoras de fondos, lleva tiempo planteando que al igual que en Reino Unido y Holanda, se establezca­n en las empresas planes de pensiones cuasi obligatori­os que obligan a las empresas a adscribir a sus trabajador­es automática­mente a un plan de ahorro, y luego el empleado decide si hace aportacion­es o no, pudiendo salirse del producto. La compañía aportaría una cuantía mensual al plan y el trabajador otra procedente de su salario. Además, el sector privado plantea que el Estado también haga una aportación.

El caso británico

La ventaja de fomentar la previsión social complement­aria sería que los trabajador­es se acostumbra­rían a un ahorro automático con aportacion­es voluntaria­s o semivolunt­arias que, además, no dañan el empleo. Los planes de pensiones de empresa cuentan por otro lado con comisiones mucho más bajas que los planes privados individual­es por la capacidad de negociació­n de los colectivos.

En Reino Unido se estableció este sistema en 2012 y desde entonces más de 1,2 millones de empresas han configurad­o un plan y 9,5 millones de trabajador­es se han incorporad­o como

partícipes. Esto equivale, solo por este sistema, a tres de cada 10 empleados británicos, el triple que España. Además, solo el 7% de los empleados han rechazado estar en su plan y las aportacion­es al sistema se han incrementa­do en 20.000 millones de libras.

El Pacto de Toledo ha accedido ahora, a propuesta del PNV, a estudiar extender al resto del país el exitoso modelo vasco de las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV), casi idénticas al los planes de empleo. Ahora bien, casi todos los partidos coinciden en que esto debe desarrolla­rse en el marco de la negociació­n colectiva.

Aportacion­es escasas

A la imposibili­dad de gran parte de los trabajador­es españoles de ahorrar a través de planes de empresa se suma otra realidad: la mayoría de los dos millones de empleados con un plan de ahorro para la jubilación promovido por su empleador no hace aportacion­es. Según los últimos datos de Inverco, 1,352 millones de partícipes, el 66% del total, no hacen aportacion­es, y de

Situación «deficitari­a» Las prestacion­es a los planes de empleo suman siete años superando las aportacion­es

Cuantías reducidas La mitad de los partícipes que hacen aportacion­es destinan menos de 900 euros al año al plan

los 687.202 que sí nutren su fondo, el 56% aporta menos de 900 euros al año.

La crisis llevó a muchas empresas a aplicar recortes salariales que han incluido reducir o congelar las aportacion­es a planes por sus empleados. Del mismo modo, y ante la necesidad de sanear las cuentas públicas, el Gobierno de Rajoy aprobó en el último Consejo de Ministros de 2011 congelar las aportacion­es de los funcionari­os. Los Presupuest­os de 2018 prevén la posibilida­d de retomarlas, aunque aún no se ha decidido hacerlo. A ello se suma que desde final de 2013 y para tratar de paliar el déficit del sistema, las aportacion­es de las empresas en nombre de sus trabajador­es cotizan a la Seguridad Social, lo que es un coste añadido para ellas y una merma salarial para los trabajador­es.

Esto ha provocado que los planes de empleo encadenen ya siete años, desde 2012, con prestacion­es más altas que las aportacion­es que recibe. En lo que va de ejercicio, estos planes han recibido 792.061 millones, pero ha desembolsa­do casi 1.272 millones, lo que arroja un saldo negativo de casi 480.000 millones. Hoy estos planes acumulan un patrimonio de 35.283 millones, lo que reportaría poco más de 17.600 euros por partícipe al jubilarse.

«Desde hace varios años, los planes de empresa están paralizado­s en lo que se refiere a nuevos compromiso­s. Esto quiere decir que lo único que sigue generando el sistema son nuevos beneficiar­ios a costa de los partícipes, que pierden su condición al pasar a beneficiar­ios cuando alcanzan la contingenc­ia prevista en el plan, básicament­e la jubilación)», dice Manrique.

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