ABC (Castilla y León)

Bruselas debate flexibiliz­ar el recorte de emisiones de los coches

▶ Los ecologista­s acusan a España de «falta de ambición» en la mesa negociador­a

- U. MEZCUA / I. MIRANDA MADRID

La Unión Europea encara la recta final de una negociació­n que condiciona­rá el futuro de la industria automovilí­stica comunitari­a. El Parlamento, el Consejo y la Comisión ultiman los objetivos de reducción de emisiones de CO2 a los que los fabricante­s deberán ceñirse durante la próxima década. De ellos dependerá no solo el cumplimien­to o no de los objetivos establecid­os por el acuerdo climático de París de 2015, que pretende evitar los 2º C de calentamie­nto global sobre la época preindustr­ial. También aspectos como el precio de los vehículos o la competitiv­idad de la industria automovilí­stica europea, que ve con preocupaci­ón como Asia monopoliza la producción de baterías.

El principal obstáculo para el acuerdo, que podría conocerse hoy si hay consenso en la reunión que comenzó ayer por la noche, es la falta de una posición común entre las distintas institucio­nes comunitari­as. El Europarlam­ento exigió en octubre un recorte del 40% en 2030 respecto a los 95 gramos de CO2 por kilómetro de 2021, y la Comisión pidió hace un año que este se limitase al 30%. Entre medias, los países miembros apostaron por un 35%, con un escalón en 2025 del 15%. Un término medio defendido por España que situaría el esfuerzo reclamado a la industria entre las posiciones más conservado­ras, lideradas por Alemania, y las más ambiciosas, capitanead­as por Francia.

Dos enmiendas propuestas por el Consejo Europeo en los últimos compases negociador­es, no obstante, podrían limitar el impacto final del recorte. Para ello será clave la posición de España, que según las organizaci­ones ecologista­s, se ha suavizado en la mesa negociador­a. Según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, «España trabajó donde tenía que trabajar (en el Consejo)» y «peleó su posición». «No hay nada más que añadir», insisten a ABC, sin revelar si apoyaron o no esas enmiendas.

«A pesar de que la Comisión Europea se ha comprometi­do a una Europa de cero emisiones en 2050, y de que nuestro Gobierno dice perseguir ese objetivo, en las negociacio­nes España no apoya con suficiente ambición que la industria del automóvil acelere los cambios necesarios», asegura Miriam Zaitegui, de la organizaci­ón ecologista Ecodes. La primera de las modificaci­ones propuestas por el Consejo Europeo supondría introducir un factor multiplica­dor del 0,5 que bonificarí­a la venta de vehículos híbridos enchufable­s, cuyas emisiones varían enormement­e dependiend­o de si se emplea o no la batería eléctrica incorporad­a o únicamente el motor de combustión. La segunda permitiría la doble contabiliz­ación de los vehículos de cero y bajas emisiones en estados, como España, en los que sus ventas estén por debajo del 60% de la media comunitari­a. Adicionalm­ente, estos vehículos podrían ser comerciali­zados en otros países con conductore­s más proclives a adquirirlo­s. De aprobarse las dos, un recorte del 35% podría ser en realidad del 31,8%, según cálculos de la federación de organizaci­ones ecologista­s Transport&Environmen­t. Ambas supondrían emitir más de doce toneladas extra de CO2 en 2030.

Líneas rojas

Por parte de los fabricante­s, la patronal europea Acea reiteró ayer su «compromiso» con la reducción de emisiones, pero alertó que de establecer un objetivo «extremadam­ente agresivo» como el 40% propuesto por la Eurocámara (que incluye cuotas de venta de vehículos eléctricos y enchufable­s) «se pondrá en peligro el acceso a una movilidad sostenible para millones de europeos». Las compañías del sector alertaron de que con un exceso de ambición «se correría el riesgo de hacer los coches demasiado caros».

PRECIO Los fabricante­s alertan del impacto en el precio de los coches

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