Máximos honores para el Rey en el castillo de Windsor
▶ Felipe VI recibe la Orden de la Jarretera en una ceremonia presidida por Isabel II
El Rey fue investido ayer caballero de la Orden de la Jarretera por la Reina de Inglaterra en una ceremonia de pompa y circunstancia que se celebró en el Castillo de Windsor y la Capilla de San Jorge, en la que también fue investido el Rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos y que reunió a la mayoría de los miembros de la Familia Real británica.
En un semisoleado día británico, Don Felipe recibió los atributos de la Jarretera, una orden tan antigua y prestigiosa como el Toisón de Oro español, y una vez investido caballero desfiló en la tradicional procesión que recorre a pie el trayecto entre el Castillo de Windsor y la Capilla de San Jorge.
Fue entonces cuando se le pudo ver, por primera vez en público, con el llamativo uniforme de la Jarretera. Don Felipe, sonriente, lucía la toga (larga capa de terciopelo azul forrada en blanco con la insignia de la orden bordada), el cordón, el collar, el sombrero de terciopelo negro con pluma de avestruz y los demás atributos de la Jarretera.
La ceremonia, que empezó a las doce del mediodía, transcurrió en dos actos. Primero se celebró la investidura en el Salón del Trono del Castillo de Windsor, donde la Reina presidió el capítulo de la orden como Soberana de la misma. Isabel II presidió una ceremonia en la que los caballeros y las damas de la orden y el resto de los invitados se sentaron en los laterales del salón formando dos largas filas. Los asientos más próximos a Isabel II los ocuparon los Reyes Felipe y Guillermo Alejandro. Durante la ceremonia, el Monarca español, que lucía un chaqué, fue llamado a colocarse ante la Reina para recibir los atributos de la Jarretera.
A puerta cerrada
La Reina de Inglaterra impuso al Rey la banda azul, la insignia de la orden (que es la imagen de San Jorge), la toga, el cordón y el collar de la Jarretera. Esta parte de la ceremonia se celebró a puerta cerrada y la Casa del Rey no confirmó si Don Felipe recibió también la singular liga que simboliza esta condecoración. Tan singular es este símbolo que en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial hay un retrato de Felipe II con la famosa liga de la Jarretera. La Orden de la Jarretera y el Toisón de Oro español son las dos condecoraciones más prestigiosas y antiguas. La Jarretera fue creada en 1348 por el Rey Eduardo III para reconocer el valor y la lealtad. Su uniforme incluye una toga o capa de terciopelo azul, un sombrero de terciopelo negro con pluma, el cordón, la banda y la insignia, que es la imagen de San Jorge. El lema de la orden es: «Honi Soi Qui Mal y Pense» (averguéncese quien tenga un mal pensamiento). Según la leyenda, el origen de esta condecoración se debe a que el Rey Eduardo III estaba bailando con la condesa de Salisbury, cuando a esta dama se le cayó una liga azul y, para evitar que ella se avergonzara, el Monarca la recogió del suelo y se la puso él mismo. Por ello, el lema de la orden es: «Honi Soi Qui Mal y Pense» (averguéncese quien tenga un mal pensamiento).
Además de los Reyes de España y de los Países Bajos, ayer ingresaron en la orden otros dos nuevos caballeros británicos: el marqués de Salisbury, que ocupó destacados puestos en la política y desciende de la duquesa que protagonizó la anécdota inicial de la liga, y la atleta olímpica lady Mary Elizabeth Peters.
Una vez finalizada la investidura, los caballeros se quitaron el uniforme para asistir al almuerzo que ofreció la Reina a los invitados y, por la tarde, volvieron a ponérselo para acudir en procesión a la ceremonia religiosa en la Capilla de San Jorge.
La procesión
Hasta el templo, los dos Reyes –el de España y el de los Países Bajos– fueron caminando juntos, escoltados por seis oficiales y, desde una pequeña tarima cubierta, las tres Reinas –Isabel de Inglaterra, Letizia de España y Máxima de los Países Bajos– contemplaron el paso de los nuevos caballeros antes de acceder a la capilla.
Doña Letizia escogió para la ocasión un recatado vestido blanco con pequeñas motas oscuras de la marca sevillana Cherubina y un tocado gris marengo con una flor lateral y plumas de oca. Lo más llamativo de su imagen fueron los pendientes de brillantes que pertenecieron a la Reina Victoria Eugenia, nieta de la Reina Victoria de Inglaterra y esposa de Alfonso XIII.
La procesión fue todo un espectáculo de color, tradición, música y brillo en el que participaron militares con vistosos uniformes y cascos dorados con colas de crin. Los soldados marcaron un doble cordón de honor por el que pasaron las damas y los caba